el corazón se agita por emociones mundanas... no malas ni buenas pero perecederas... imagino a dios en esta existencia... una nube de luz, como la esencia de lo inexistente... parado o sentado a la diestra de mi corazón, siento tantas cosas mientras observo la tumba de todos mis seres queridos... hay una con mi nombre, pero aún estoy aquí, es decir, en todas partes y en ninguna... suelo hablar con la divinidad acerca de los seres humanos... "me olvidan", dicen los creadores... "me esconden", dicen los creadores... les escucho y asiento... ¿puedo volver, una vez mas?, les pregunto... todos ríen sin parar, salen rayos de sus ojos y sonidos de aleteos como si llovieran plumas por todas partes y todas huelen a perfume y a paz... "pequeño, me dice... ni nosotros podemos volver..."... les miro y noto una tristeza infinita... me cogen en sus manos cuando una lágrima rocía mi rostros... cierro y abro los ojos... estoy en un cuerpo desnudo, echado sobre un pilar de agua salada... estoy vivo, pero, por instantes, es decir, por 25,500 días y noches... |