Comprendo que resulte ocioso escribir en estos momentos algo que ya nadie podrá leer. Sé también que es necesaria mucha sangre fría para hacerse un tiempo en este caos que se ha generado por el día del juicio final.
Muchas personas han dado rienda suelta a todo su furor, que es la ira de cientos de generaciones atrás, contenida por reglas absurdas y complicadas, y que ahora andan matando gente, robando almacenes, violando mujeres. Así que entenderán que no es difícil salir a la calle y sufrir una agresión a luces mortal, por eso es que mejor anoto mis últimos pensamientos, solo como un juego para distraerme de lo inevitable.
Ya antes de enclaustrarme, vi a otros que están refugiados en sí mismos, en total paralisis, preguntándose por que todo ha valido una mierda y se ha ido al carajo. Los más, están recluidos, atiborrando los templos, rezando a las más variadas creencias que nos fuimos forjando. Pero sobre todo a ese dios de espada flamígera, el dios cruel de los judíos.
Y que verdaderamente existe. (Hago paréntesis para decir que eso me tiene sin el más mínimo cuidado). Que hoy está aquí a reclamar lo suyo.
Yo pienso que cuando escribieron su gran novela los desterrados de Egipto, a la que después le agregaron otras fantásticas historias los autodenominados cristianos que devinieron en católicos, y que nosotros llamamos biblia, no contemplaron la logística de cómo reunir a los 6 mil millones de humanos vivos actualmente y a todos los otros miles de millones de almas muertas. No se imaginaron, o no se imaginó ese señor dios, el desmadre de que todos lo vieran al mismo tiempo en el juicio final. ¿O nunca creyó en su multicitada frase “Creced y multiplicaos”?
Lo que no debería sorprenderme, por los siglos de mala experiencia, es que aun al final los grandes consorcios hicieran negocio. ¿Para qué? No lo sé. Quizá por un haberse habituado a tenernos agarrados de las bolas; por culeros pues. Por la tele han estado pasando mensajes constantes:
¡“SE parte del dia del juicio final”! ¡”Roja Cola el sabor de la humanidad”! ¡”Que privilegio, ser testigos de tan solemne acontecimiento”!
Los compositores de moda ya hicieron canciones al respecto. Unas muy sentidas, otras no tanto. Los artistas han plasmado su espanto en obras maestras. hasta peliculas, ahora si que de ultimo momento, con el postrer tema de moda. ropa deportiva para estar cómodo o elegantes vestimentas, depende de los gustos. Pero ya a quien le importa.
También nos recuerdan, radio, tele, prensa e internet donde serán los puntos de reunión para tal evento. Hay quienes obvian el trámite y se están suicidando en masa, precavidos que saben no irán a aburrirse al paraíso. Los que no quieran asistir por temor a las multitudes, podrán ver el show por la tele.
Yo me abstendré de ambas cosas. Quiero nomas ver como resolverá mi particularísimo caso don Jehovah. Quiero presentarle mis irreverentes respetos en persona.
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