Erase una vez.
Un pato de cuello corto, orejas puntiagudas, vista larga alas de gallina.
Sus padres con los buches cargados de plomo, se hundieron en el fango del lago, y con ellos la esperanza de los patitos de seguir viviendo.
En el nido, indefesos y sin nada que hechar en sus picos, se daban por vencidos. Pero no nuestro protagonista.
Entre sus plumas de gallina dio calor a sus tres hermanitos, sus orejas puntiagudas, atraian la curiosidad de los insectos, que se posaban en ellas, y les ayudaron a crecer en muy poco tiempo.
Pronto le dejaron solo. Nuestro patito queria ver mundo, pero sus alas de gallina no le permitian volar.Con mis orejas puntiagudas, ayudado por el viento puedo planear.
Como un cometa, recorrio, millones de kilometros, hasta encontrar, un gran lago rodeado de juncos, donde se instalo y lo convirtio en su hogar.
Su vida transcurria. alertando del peligro, a los patos las garzas los pinguinos, que se bañaban confiados, en sus orejas puntiagudas, que escuchaban los que ellos no oian. De su vista larga, su cuello corto, sus alas de gallina. |