el día de hoy no es un día cualquiera donde las personas van a restaurantes y los mozos les atienden y los autos se mecen como si fueran de juguetes por las embreadas pistas llenas de luces de neón por sus alrededores...
heme sentado sobre un sueño donde un hombre de más de sesenta viaja sobre un bote a la mar... nada quiere, nada busca, tan solo vive el momento en que sube a su bote y da una que otra brazada hasta llegar a un remanso de agua salada, donde las olas acarician sus pensamientos y al bote que lo cubre... siente que la eternidad es como una gota de la mar… saca un libro, una caña de pescar y lee y espera, espera mientras goza al leer... luego pasan las horas, las luces del sol le arrullan... vienen las aves... viene el frío... el viento le aviso el retorno... vuelve navegando hacia la orilla… baja del bote, lo pone sobre la arena… clava un seguro para no ser arrastrado… camina hasta llegar a su hogar con el libro bajo el brazo y su caña de pescar... vive en una cabaña muy cerca a la orilla del mar... siente que no está solo, tan solo mira y escucha los latidos del creador... sale y mira las estrellas... escucha la voz de la mar... siente en su corazón que la muerte le acecha... es inevitable, pero es dulce vivir un día mas... recuerda tantas cosas... unas buenas, otras malas y siente dolor en el corazón al darse cuenta que poco hizo en la vida... mira sus nervudas manos... sabe que está viejo, sabe que todo es un instante y sabe que su vida es única, así como el día que está por nacer... mira su lecho, mira sus libros, sus cuadros, sus ropas, su máquina de escribir… sonríe y siente que debe de escribir, garabatear sobre el lienzo del corazón un poco de su propia vida…