Tengo que creerme que puedo.
El despertador no suena. Yo ya le esperaba, el dormitorio duerme, el holl esta despierto, me doy un paseo en el dia que me espera. La alfombra persa parece mullirse a mi paso, acariciando las plantas de mis pies, masajeando mis dedos.
Estaria todo el dia. paseando. por sus pelos tallados de animo. Me gustaria quedarme en el hotel, desayunando en pijama pensando, en despertar al dormitorio.
Abro su puerta, la alfombra me acompaña, la almohada detoda la madrugada inquieta, me envuelve con sus plumas.
Me quedo un momento un instante, deseo tu acogedora calma.
Salgo del hotel, la alfombra persa me despide.
Ahora es roja, me espera un coche.
Despliega su capota, para que sienta el aliento de las balas.