Todos los días nos despertamos y nos decimos lo mismo: hoy nos vamos a morir.
Es extraño,si se piensa, gemelos que se enferman de cáncer casi al mismo tiempo. Aunque los médicos dicen que no es tan raro, por que nuestra genética es casi idéntica  y dicen que estas enfermedades son genéticas o algo así.
Todo los dias nos decimos lo mismo, a veces él o a veces yo, o a veces ya no se ni quien es quien, porque con este sueño y estas pinches ganas que traemos de morirnos de una vez, se me confunde la cabeza.
Vinimos aquí, a la capital, nos internamos, nos dieron batas blancas con puntitos azules que se amarran por atrás y de abajo no traemos nada,andamos así, a rais. 
De a veces entran los doctores y no nos dicen nada, entran unos viejos y unos que se ven más jóvenes, los viejos siempre se andan acomodando los lentes, se ven tranquilos, se dejan unas barbas entre negras y grises , depende que tan viejos estén.Algunos con lentes que nunca se están quietos, siempre se los acomodan con el dedo de en medio.Los jóvenes siempre tienen cara de confusión, pero lo que es cierto y mi hermano- o creo que yo- nunca nota es que todos tienen cara de preocupación, y eso me da más pendiente, pero lo que si, y tampoco se quien de los dos no lo nota, es que ni los viejos ni los jóvenes nos dicen nada. A veces las enfermeras medio nos dicen y hago como que les entiendo, vienen y nos meten agujas en los brazos y cuchichean entre ellas. 
Después de la primera operación fue peor, venia una gorda que me pincho chingueral de veces y a mi hermano tambien, no era joven y pense que ya con la practica que debía tener, iba a meterme esa cosa rapido.Despues,  tambien vino otra a ponernos esa cosa fría cerca del miembro para orinar. 
Las que vienen a dejar la comida nos jalan la cabeza y nos tiran la comida en el pecho, nos apuran y se llevan todo sin que hallamos terminado.
Pasan días y nadie nos dice nada, a veces pienso que ya se olvidaron de nosotros. Supongo que así es en estos hospitales donde uno no paga nada.
Al lado de donde estamos hay un niño con las piernas fracturadas, un camión lo arrollo y está todo lleno de fierros, pero se salvo. Oí a un doctor o creo que era enfermera decir que no recordaba casos tan afortunados, otros no duran un día después de que los arrollan. Sus papás están todo el día con él, a veces me entretengo oyendo lo que platican, a veces siento como que son de mi familia por que me duele cuando dicen que no les alcanza para unas medicinas que no tienen en el hospital y ya empeñaron su estufa, el papá dijo que estaba bien por que prefería la comida a la leña. 
Me preocupa mi tía Luisa en el pueblo, solo nos venimos así a la brava sin dejarle un teléfono o una dirección o una hora siquiera para que saliera y le mandáramos señales de humo, para decirle que todo esta bien, que aquí los doctores son como magos, te curan casi casi al instante y que desde hace rato salimos del hospital pero que nos quedábamos otro rato más para conocer la ciudad, me preocupa,  no sabe nada de nosotros, no hay como hablarle, solo nos venimos de rápido. 
El joven que esta de pasante allá, nos dijo que nos viniéramos bien rápido para acá, teníamos todos los síntomas de la enfermedad de la que murió nuestro padre, pero lo malo es que el fumó desde muy chamaco y nosotros no, a nosotros siempre nos dio asco como se apestaban los dedos con el alquitrán y nos daba asco acabar así como papá, chupado y seco como momia, así es como lo recuerdo, más moreno, tirado en su caja de pino que le quedaba grande. Me preocupa tía Luisa, no se cuantos días llevamos aquí y ya ha de estar preocupada. La verdad nunca la quise, y fue muy cabrona con nosotros cuando éramos chamacos, pero se puso vieja, y como todos, le entro el miedo de morirse sola y empezó a querernos, pero yo nunca la quise, solo me da lastima por que esta muy vieja y siempre me ha dado tristeza la vejes.
Los médicos siguen entrando y hablan con las enfermeras, todavía no nos piden medicinas que no hay aquí, y eso es raro, lo nuestro es más canijo que unas patas rotas. Dijeron que nos iban a hacer unos estudios y llegaron por nosotros en una camilla, nos llevaron a un cuarto y nos metieron aguja y después zas, a dormir. Luego vino el doctor con unos papeles y nos dijo que mientras estábamos dormidos nos habían metido una cámara para vernos la garganta y nos sacaron un pedazo de la panza para analizarlo, y encontraron ahí, en la panza, la cochina enfermedad esa, se había ido para allá, se había mudado la muy cabrona. Uno de los doctores viejos dijo algo, pero no me acuerdo muy bien.Que había hecho metosis, o metistis o no recuerdo bien la palabra que dijo ese viejito barbón. Después de que se fue entro la gorda que nos daba de comer, la vi triste y nos dio toda la comida, no se fue antes, se veía triste, hasta me hizo platica y pregunto por nuestra familia y yo le conté de tía Luisa y le dije que no teníamos a nadie más. Más tarde vino otro de los viejos y con una cabrona tranquilidad nos dijo que el tratamiento y la operación no habían dado resultado, que nos quedaban como dos meses, no dijo nada más, se fue, ahora no se que sigue, todas esas medicinas que nos inyectaron y que nos dejaron pelones y con vómitos malolientes fueron de en balde.
Me preocupa la tía Luisa, ella que no se quería morir sola, nos va a tener que enterrar y para colmo a dos, pobrecita, no va a tener a nadie que la entierre.