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Cinco

Noelia encontró su habitación tal como la dejara antes de irse, miró a su madre con cara de pregunta, sin entender por que no habían ocupado el dormitorio para otra cosa.

- Fue Sofía, sugirió que la mantuviéramos igual por si tú venías a quedarte en algún momento, supongo que ella sabía que volverías.

Mamá ¿Quién es ese Jaime que ahora vivirá aquí?

- Trabaja para tu padre y Esteban Solís, te agradará Noelia, es Veterinario y además Químico, ha sufrido mucho y ha sido un buen amigo. Tu papá le tiene confianza y le ha acompañado ahora que yo por primera vez dejé de ser su apoyo y me tuve que afirmar de él en la angustia que me provocó tu llegada. ¿Me contarás por fin hija que pasó?

- Es largo, extraño y difícil de contar mamá, sólo te puedo explicar por ahora que tiene que ver con la religión de Alí, yo no lo sabía, acá cuando estudiábamos nunca percibí su fanatismo religioso y su compromiso con la guerra en su país. No puedo contarte detalles mamá, sólo que él no era la misma persona con la que me casé.

Dos meses más tarde Axa entró en su periodo de celo, para evitar que Damián perdiera el entusiasmo por los rechazos de su amada, decidieron separarlos hasta que finalizara el ciclo de menstruación. Damián la miró con ojos de tristeza, pero Axa más experimentada que él le olfateó la nariz dándole un beso de despedida.

Los días transcurrieron lentos para ambos, pero Axa sabía que debía descansar pues se le vendrían días agotadores. Por fin llegó el momento y ambos se reunieron, don Samuel y Jaime los dejaron solos para que el instinto y la naturaleza se encargaran de enseñarle a Damián sus obligaciones de macho.

En septiembre, después de 60 días, a las 3 de la mañana Jaime despertó a don Samuel y a Noelia pues Axa ya había comenzado a parir el primero de sus perritos.

La madrugada transcurrió agotadora, pues a pesar del monitoreo permanente que se le había efectuado a Axa, no fueron seis las crías que nacieron, sino ocho. A las diez de la mañana los bebés limpios y acomodados por su propia madre se turnaban para sujetarse de sus tetillas.

Damián algo asustado miraba desde su canil a sus hijos esperando la oportunidad para acercarse, Jaime lo llamó y él lentamente con la cola entre las patas se desplazo acariciando primero a Axa en el hocico y luego uno a uno a los pequeños que emitían algún sonido cuando el los olía o les lamía las caritas o los hociquitos.

Noelia y Jaime se dedicaron el resto del día a vigilar a los recién nacidos y a la madre, pero los pequeños estaban sanos y fuertes gracias a los cuidados que había recibido Axa durante todo el tiempo de su espera. Jaime comenzó su trabajo con una alimentación especial para fortalecer a los cachorros desde el vientre de la madre.

Ahora habría que buscarle nombres y como era la tercera camada de Axa correspondía buscarles nombre con la letra D. La Señora Laura, Don Samuel, Don Esteban, Noelia, Jaime y Sofía se dieron a la tarea de seleccionar los nombres de los futuros campeones.

El primero en nacer fue: Diamante
El segundo: Dorado
La tercera: Dina
La cuarta : Dora
El quinto : Dristan
El sexto : Draco
La séptima: Duna
El octavo : Donato

Durante el periodo de lactancia, los cachorros y la madre permanecieron en la casona de don Samuel, así es que mientras Jaime pasaba la mayor parte de su tiempo terminando las instalaciones que requería en el Criadero para el adiestramiento de los perritos, Noelia a pedido de don Samuel se integró al trabajo, por lo que en la primera etapa ella se preocupó del cuidado y vigilancia del desarrollo de los cachorros y de sus padres.

Para Noelia sanar no fue fácil, sin embargo y a pesar de las sesiones con el psicólogo y a la eficiencia de los abogados de su padre que pronto consiguieron que su marido firmara el divorcio, no conseguía olvidar y seguía teniendo pesadillas que la despertaban por las noches.

El nacimiento de los cachorros no había provocado en ella demasiado interés, pero su padre insistió en que se alejara de las cocinas y la comida por un tiempo y ayudara a Jaime en el “Proyecto de Adiestramiento Selectivo”, como lo habían llamado. En un principio solo quiso complacer a don Samuel, sin embargo el nacimiento de los cachorros y la compañía de Jaime, las enseñanzas sobre los animales, la forma cariñosa como él trataba a los perros y los perritos en sí, provocaron en Noelia un cambio que ni ella ni el psicólogo esperaban tan pronto.

Así es que llegado el momento, Noelia no lo pensó dos veces y se integró al equipo que participaría en el proyecto, como Axa y Damián ayudarían también con el adiestramiento de sus hijos, los cuatro salían temprano de la casona y sólo regresaban a últimas horas del día, después de dejar a los pequeños asegurados y bien atendidos por el personal del criadero.

Doña Laura observaba los cambios en su hija, se mostraba alegre, graciosa, se preocupaba de su forma de vestir, hasta se había cambiado el color del cabello, sin duda estar en su casa, el trabajo con los perros y sobre todo la compañía de Jaime estaban logrando hacerle superar los traumas de su desafortunado matrimonio. Rogaba al cielo que lo que había deseado un día cuando Jaime se quedó a vivir con ellos, se concretara, que los chicos se enamoraran, pero no se atrevía a preguntarle a su hija.

Texto agregado el 29-06-2013, y leído por 201 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
30-06-2013 tierna historia y muy bien contada. jaeltete
30-06-2013 Parece que por ahí va la cosa...sigue interesante y ameno. 5* sugonal
 
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