Amor, amor, amor,
como dice la canción,
-esa, de la que te reías tanto-
esquivo, ingrato, como tú,
venenoso como tu cigarro,
encantador como tu sonrisa,
placentero, como tus besos,
y todo lo que viene después.
Me rehúye, ¿sabes?
desde que te fuiste
no me he encontrado más que con malas imitaciones,
con bosquejos de besos, esbozos de amantes,
caricaturas de noches que se repiten una y otra vez,
cada una
peor entintada
que la anterior.
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