¿Alguna vez has escuchado el ruido que hacen las hojas al caer el árbol? No, no es ese crujido de hojas secas cuando las pisas una vez se encuentran en el suelo… De seguro nunca lo has escuchado y lo comprendo ¿Por qué? Es sencillo… Te he visto pasar en más de alguna ocasión utilizando auriculares para que el ruido de la ciudad no moleste tus pensamientos, otras veces platicando junto a algún acompañante sobre trivialidades de la vida o simplemente sumido en tus pensamientos, y es por eso que nunca has escuchado el ruido de las hojas al caer.
Es tan sutil que muy pocas personas son capaces de percibir aquel suave grito en el que piden ayuda deseando mantenerse sujetas a las ramas de su querido hogar, mantenerse en lo alto para ver a las personas pasar, para albergar a las parejas del sol de verano y a algún pajarillo que decidió hacer su nido entre ellas, pero… ¿A qué viene todo esto? Lamento el comenzar a divagar, pero me es un tanto inevitable, por eso intentaré no hacerlo.
Ahora si les diré cuál es la relación de todo lo que he hablado hasta este punto y es que cuando la estación comienza a cambiar, los días son cada vez más fríos, las nubes cubren el sol y la lluvia comienza a aparecer es que me doy cuenta que no soy capaz de mantenerme aferrada a mi hogar, ya no podré verte pasar desde lo alto, esto es una verdadera pena puesto que ya he perdido a muchas de mis amigas y otras tantas se quedarán cuando yo me vaya. Hay más belleza en un árbol que no sólo tiene relación con las flores que decoran sus ramas en primavera, ellas vanidosas sólo procuran llamar la atención, creyéndose más hermosas que sus compañeras. Por otro lado nosotras las hojas sabemos que somos hermosas por igual, procurando albergar a los pequeños pájaritos a nuestro alrededor, proporcionando sombra a las parejas enamoradas durante el verano…
Pero ya no puedo continuar platicando, cada vez siento más sueño, como mis fuerzas se van debilitando cada vez un poco más y quizás muy pronto me encuentre en el suelo donde aquel crujido será lo último que sepas de mi.
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