Cristales. Besos y caricias indigentes, vagan sin rumbo. Te pertenecen. Cristales. Con el tiempo detenido. En algún sitio un reloj de arena, exige implacable. Cristales. Descuelgo estrellas que mañana serán soles, para alumbrar tus oscuridades Cristales. Detrás estaban vos y las mariposas. Pero ya no, llego el invierno, no están, ni vos, ni ellas. Cristales. Que guardan en su frio la tibieza de mi aliento cuando me asomo al vacío. Cristales que saben que te envío ángeles de madrugada... para que silenciosos aniden en tu alma...
Texto agregado el 23-06-2013, y leído por 188 visitantes. (5 votos)