Trabajaba en la funeraria más grande de la ciudad, tenía la fama de ser el mejor vendedor de la misma, siempre lo buscaban o siempre encontrada personas a las cuales les vendía el servicio funerario completo, se fue haciendo la fama de boca en boca por prestar y vender los mejores servicios, recibió una llamada de un presunto comprador, el muy amablemente le respondió:
-Dígame señor en que le puedo ayudar-.
-Tengo entendido que usted es el mejor vendedor que tiene la funeraria-le dijo.
-Modestia aparte y no quiero ser petulante, pero así es-le respondió.
-Escuche, quiero tener todo listo para cuando lo inevitable pase, no es que me esté muriendo ni nada por el estilo-le dijo el posible comprador.
-Es mejor prevenir que lamentar-le contesto el vendedor.
-Cree que puede cumplir o mejor dicho cree que puede venderme el servicio funerario que yo quiero-le cuestiono el comprador.
-Todo depende de lo que quiera y de lo que alcance de su bolsillo-le dijo.
-Eso no es ningún problema-respondió.
-¿A ver dígame cuáles son sus planes?-le preguntó el vendedor.
-Para empezar quiero un ataúd hecho en madera de caoba barnizado en color café oscuro, las agarraderas tiene que ser de bronce, me gustaría también que tuviera unos adornos dorados a cada lado, de ser posible mis iniciales, quiero que adornen la parte de atrás de mi ataúd con lirios de color blanco, cuatro adornos hechos de los mismos, dos a cada lado y dos en la parte de atrás, quiero que a los asistentes se les de el mejor café y pan que tengan-dijo el señor.
El vendedor lo interrumpió diciéndole:
-Le aconsejo comprar un café colombiano, un pan hecho especialmente para la ocasión, pero esos detalles déjemelos a mí-.
El posible comprador continúo diciendo:
-Quiero también que la carroza fúnebre sea adornada con listones color blanco, si fuera posible que pongan un adorno con lirios en la parte delantera de la misma, quiero que el nicho donde reposaran mis restos este en la entrada del campo santo, estoy dispuesto a ofrecer más dinero si tiene vista a la ciudad-.
-De lo por hecho, he tomado nota de cada detalle que me ha dicho, si quiere lo puedo visitar personalmente a su hogar y llenamos los papeles para hacer el contrato y de una vez firmamos, ¿le parece?-le pregunto el vendedor.
-Me parece bien, espero su visita lo más pronto posible-le dijo.
Otra señora llego a la funeraria pregunto por el vendedor de servicios funerarios, éste la atendió y le dijo:
-¿En qué le puedo ayudar?-
-Mire, necesito tener todo listo para cuando Dios me llame y quiera que esté a su lado-le dijo.
-Sí, le entiendo, que tiene en mente-le dijo el vendedor.
-Pues necesito un servicio lo más discreto posible, que no sea muy pomposo y vistoso, únicamente quiero un ataúd ni muy caro, ni muy barato, algo modesto, de ser posible quiero dos crucifijos hechos en madera, que los pongan uno al lado derecho y el otro al lado izquierdo, que parezcan que me están cuidado, se me ocurre también poner en la parte de atrás una imagen de un querubín hecho en mármol, todo de color blanco-le dijo
El vendedor de servicios funerarios miro a la señora y le dijo:
-Con que discreto y no muy vistoso-
-¿Cree que me estoy excediendo?-le pregunto la señora.
-No para nada-le contesto el vendedor-todo depende de lo que su bolsillo alcance.
-Eso no es ningún problema-le dijo-además me gustaría que en la misa de cuerpo presente la dirigiera un monseñor, una persona de la iglesia católica con un rango elevado-le dijo la señora.
-Mire que casualidad yo soy bien amigo del monseñor que dirige la iglesia de la ciudad, puedo hablar con él al respecto-le dijo el vendedor.
-Mire pues, yo sabía que Dios me lo había puesto a usted en el camino, no cabe duda de eso-le dijo la señora.
-¿Ya tiene el nicho donde reposaran sus restos?-le pregunto el vendedor.
-De eso ya me encargue años atrás, con tanta donación que hecho a la parroquia es casi seguro que me den un espacio en la cripta-dijo la señora.
-Qué le parece si me presta su documento y empiezo a hacer el papeleo y de una vez firmamos el contrato, ¿A dónde quiere que le enviemos el cobrador para el pago?-le dijo el vendedor.
-Pagare en efectivo ahora mismo-le dijo la señora.
-Excelente-respondió el vendedor.
Otro día llego otro señor a la funeraria, preguntó por el vendedor estrella, la secretaria lo dirigió donde éste, lo saludo y le dijo:
-¿En qué le puedo ayudar?-
-Vengo a ver lo de un servicio funerario-le dijo.
-Tenemos de varios precios-dijo el vendedor.
-Vamos al grano, deme el más cómodo que tenga, pero estoy dispuesto a ofrecer un poco más de dinero si me lo hacen como yo quiero-le dijo el señor.
-¿Y cómo lo quiere?-le pregunto el vendedor.
-Mire lo quiero normal, lo único que cambiaría es el mariachi que quiero en mi entierro para que lo amenice, no quiero que estén tristes por mi partida, además el mariachi tiene que estar vestido todo de negro, con sus sombreros de charro color negro, botas negras, las borlas y adornos a cada lado del traje también que sean de color negro, de ser posible que los instrumentos sean todos de color negro también, otra cosa que se me olvidaba, cuando me estén bajando al nicho quiero que interpreten “El Rey”, ¿se podrá?-le dijo.
-Para todo hay solución menos para la muerte-le dijo el vendedor-déjeme hacer unas llamadas, tengo unos amigos que son músicos, creo que no será un problema-
El vendedor de servicios funerarios tomo su teléfono celular, hizo una llamada, pregunto por la contratación de un mariachi, hizo una señal al señor como muestra de aprobación de que ya había conseguido al mariachi, se alejó el teléfono un poco y le dijo al señor:
-Con el color negro de todos los instrumentos guitarra, violín, contrabajo, trompeta, me parece que le saldrá un poco más-.
-No se preocupe eso ya lo tenía previsto, ¿A dónde le cancelo?-le dijo el señor.
-Muy bien, permítame unos minutos no me tardo, traeré los papeles y el contrato para que lo firme-le dijo el vendedor.
Salió de la funeraria ese día un poco tarde, la noche lo tomo por sorpresa, estuvo haciendo el papeleo de las servicios funerarios que vendió, también estaba cuadrando los abonos de los pagos hechos de otros servicios funerarios que había vendido, termino con todo el trabajo pendiente, camino un par de cuadras, entro a su auto el cual había dejado en un parqueo no muy lejos, se dirigía camino a casa, avanzo unos cuantos kilómetros, observo la luz roja del semáforo, detuvo el auto, cuando de presto dos sujetos se subieron al mismo, uno en el asiento del pasajero y el otro en la parte de atrás, uno de ellos saco un arma de fuego y se la puso en el estómago, él se pudo muy nervioso, uno de los tipos dijo:
-Conduce hasta aquel callejón a la derecha-
Llevo el auto a un callejón oscuro, ahí los dos tipos lo despojaron de sus pertenencias, le quitaron el atache, la cartera con todos los documentos, le dijeron que se bajara, este lo hizo y los dos tipos huyeron rápidamente en su auto. Se quedó parado un par de minutos para que los nervios se le tranquilizaran, tomo un poco de aire y caminó a la salida del callejón, llego a una intersección, cuando estaba por cruzarla un vehículo que iba a toda velocidad se derrapo por la lluvia que había caído esa noche, con la parte de atrás del auto golpeo con mucha fuerza al vendedor de servicios funerarios, fue tan fuerte el golpe que él salió disparado hacia la otra acera, su cuerpo quedó tendido en la misma, el auto que lo había golpeado salió huyendo de la escena.
Al siguiente día la policía, junto con personal de medicina legal hicieron el reconocimiento, como no llevaba documentos el cuerpo fue llevado a la morgue de la ciudad como desconocido, pasaron los días y nadie reclamo el cuerpo. Un día por la mañana una furgoneta muy antigua de la alcaldía municipal llego a la morgue, el motorista dijo:
-Vengo a recoger a los muertos que nadie reclamo-
Otro empleado de la morgue salió al encuentro y le dijo:
-Ya tienen listo el hoyo en el panteón municipal para enterrarlos-
-De eso no se preocupe, subámoslos a la furgoneta-dijo el motorista.
Eran cuatro que nadie había reclamado en la morgue, el motorista junto con un ayudante subieron los cuerpos a la furgoneta, se dirigieron al panteón municipal, llegaron y colocaron la furgoneta al final del mismo, ahí unos peones ya habían hecho una sepultura de un tamaño considerable, el motorista les dijo:
-Ya terminaron el hoyo que les encargue o no lo han hecho porque se terminaron el licor rápido y ya están ebrios-
-Ya está hecho el hoyo-dijeron.
Uno de los peones se subió a la furgoneta, tomo a uno de los cuerpos y lo soltó para que este cayera en el hoyo, un golpe fuerte y seco se oyó, el motorista le dijo:
-¡Hey! con más cuidado y hacelo con respeto-
-Pues ya están muertos ¿o no?-dijo otro peón.
Colocaron a los cuatro cuerpos en el hoyo, los peones empezaron a taparlos con la misma tierra que habían sacado, lo hicieron muy rápido, el efecto del licor que habían tomado les había dado fuerzas para realizar la actividad de una manera eficaz, cuando ya había terminado de sepultar los cuerpos uno de ellos dijo:
-Trabajo concluido-
-Así no más los vamos a sepultar-dijo un peón.
-Aunque sea una oración hagamos por los difuntos-dijo el motorista de la furgoneta.
Todos se quedaron en silencio y uno de los peones hizo una oración, al final de esta todos se persignaron y se subieron a la furgoneta, en la sepultura únicamente había quedado un montículo de tierra hecho por los peones y la botella vacía de licor que estos habían tomado, una brisa impregno el panteón municipal junto con el movimiento de las ramas de unos árboles, el trinar de unos pájaros fue el único acompañante de los cuerpos sepultados como desconocidos.