Arañita y doña Abeja eran dos grandes amigas. Arañita vivía en el MAA (Museo de Animales Artistas) que estaba dentro de una enorme caverna en el bosque. Su casa estaba bajo un viejo sofá de piedra mientras que doña Abeja vivía en una colmena a la entrada de la cueva dentro de un viejo roble caído hacía muchos años, soplado por una tormenta.
En la tarde, cuando el museo se cerraba, las dos amigas se juntaban; la abeja para estar un momento sola sin sus tres mil veinte y tres parientes y la solitaria araña para platicar un rato.
Arañita era experta en arte y conocía los estilos y algunos de los artistas, le encantaba conversar con su amiga quien tenía gran memoria y mostraba estar muy interesada en las artes.
Su sala favorita era la de pinturas tan ancianas sobre rocas que nadie sabía del artista, fuera de que eran pinturas de gacelas, elefantes y jirafas. A doña Abeja le hacían feliz pinturas con muchos colores, especialmente el famoso Ant Gogh quien usaba variedad de tintes. Se paseaban por los marcos admirando las pinturas.
-¿Sabes una cosa, amiga Abeja? Le dijo Arañita una vez –Yo quisiera hacer obras de arte como todos estos artistas-
-¿Estás bromeando, Arañita? No podemos ser artistas siendo solamente insectos.
-¿”Solamente insectos”? Los insectos también vemos y tenemos sentimientos.-
-Lo que te quiero decir es que somos muy chiquitos para levantar un pincel o una brocha-
-Pero yo QUIERO crear, yo quiero ser una artista.- Dijo Arañita algo molesta.
Un día fue anunciado que se exhibirían las pinturas del artista italiano Aldo Papagallo. El museo se llenó desde el primer día con todos los animales admirando las pinturas. Cuando el museo cerró por la noche, las dos amigas fueron a ver las pinturas.
Arañita no podia creer lo que veía –Esto es asombroso..es..es..- no encontraba las palabras – No creía esto posible,¿Estás viendo lo que veo?-
-¿Te refieres a los brillantes colores? Si los veo, muy bonitos-.
-¡No, no, mira como los usa! Todo pintado con puntitos y combinándolos en grupo, parecen….mira, mira: aquí tiene puntos rojos junto a puntitos azules y desde lejos ¿Que color es el que ves?
La abeja se quedó mirando…-¡Morado!-
-Exactamente, y solamente con los puntitos ha pintado una orquídea morada. ¡Papagallo es genial!- Esto me hace pensar algo y lo podemos hacer juntas. Ya te explicaré mañana.-
Doña Abeja vio a su amiga y pensó: -“Arañita está algo chiflada’.-
Arañita no pudo dormir esa noche pensando en lo que iba a hacer. En cuanto amaneció, salió debajo de su casa y comenzó a recoger por toda la caverna semillas, pedacitos de pétalos de flores y hojas, basuritas. Cositas así chiquitas y las fué ordenando en una fila.
Después de haber recogido todo el día néctar de muchas flores, doña Abeja buscó a Arañita y le dijo sorprendida -¡Ah caramba! ¿Qué es lo que piensas hacer con todas esas basuritas?
-Ven para acá y dime que piensas- Las amigas se fueron a un rincón donde Arañita había tejido un hermosa y simétrica telaraña de ocho lados pegando en casi toda la tela pedacitos de colores haciendo combinaciones que daban cierto parecido a lo que llaman ‘pinturas psicodélicas” pero muy original.
Doña Abeja se detuvo a observar detenidamente diciendo –¿Sabes amiga? esto es fantástico ¿Te puedo ayudar en algo?-
-¡Por supuesto, tengo un trabajo para ti! Yo no vuelo como tú y camino algo despacio, además el material en la cueva es muy limitado. Si tu me traes pétalos de flores, hojitas ..tu sabes, o semillas con colores, yo las corto y arreglo aquí ¿Quieres?-
-¡Por supuesto, salgo volando! Esto es emocionante.- …y la abeja alzó el vuelo.
Trabajaron así por varios días encantadas de lo que hacían y al cabo de algún tiempo aquel rincón de la cueva era visión de maravilla, telarañas adornadas que parecían ser jollas.que flotaban en el aire.
Después del gran éxito de la exposición del maestro Aldo Papagallo, en agradecimiento, éste decidió hacer un concurso para todos los animales artistas y los ganadores tendrían medallas de 1o. 2o. y 3er puestos, más menciones honoríficas. Había gran entusiasmo.
-Ahora es la ocasión de que enseñes tu trabajo-. Dijo alegre la abeja.
-No. no creas, no podría. Esta no es sala de exibiciones, ¿Como hago para que vengan a este rincón? Además cuelgan de las rocas y no se pueden mover. Creo que estabas en lo cierto. Sólo somos unos insectos- Arañita estaba muy triste, casi quería llorar.
-Déjamelo todo a mi cuenta, que yo me tengo un gran plan- Dijo la abeja guiñando un ojo..
El concurso estaba siendo un gran éxito. Oso Negro, el director del museo le dijo a su asistente el orangután –Mira Gura (era su apodo), estoy un poquito cansado. Me voy a dormir un rato, ya regreso-.
El orangután lo vio asustado –¡Don Oso, no vaya a hibernar!
-No tengas pena muchacho, ahora empieza el verano, solo echaré una siesta, ya vengo-.
Oso Negro se recostó, ya iba cerrando los ojos cuando notó una gotita te miel en su brazo. A los osos les gusta mucho la miel y al lamerla vió otra en la pared se levantó y vio otra, y otra…era como un caminito de gotas de miel que lo llevaron a un rincón del museo que no era visitado por nadie y al entrar Oso Negro quedó deslumbrado. Corrió a llamar al orangután quien al ver aquello llamó a todos los animales.
-¿Pero que es ésto? Se decían y Oso Negro dijo_ --Parecen…parecen…¡Telarañas!
-Si- dijo un tigrillo -pero cubiertas de gemas!
-¿Pero quién es el artista?- preguntó el búho parado sobre una alta roca.
¡¡-Bsss…bssss. ella, ella!! Zumbaba la abeja y los llevó a que miraran a Arañita que escondida por su cama, no hallaba que decir o hacer.
-Hmmmm…pero ésto no es una pintura- dijo pensativo Oso Negro.
-Tampoco es escultura- agregó una pata agregando ¡Cuac-cuac-cuac!
El maestro Aldo Papagallo declaró:- A ésta obra tan bella se le llama un ‘collage’ y es mi recomendación que se le considere para tener el primer premio por lo bello y lo original.’
-Pero no se puede mover a una sala mas grande por ser tan frágil- dijo tímidamente el zorrillo.
-¡¡¡Grrrrrr!!! Rugió el león impaciente –Se le deja donde está y que sea expuesto permanentemente.-
-Yo me encargo que haya luz.- Dijo el oragután seguro- con la ayuda de luciérnagas.
El león le preguntó a Oso Negro -¿Y cómo descubriste este hallazgo, amigo?-
-Ajem, este es mi trabajo como director del MAA- respondió pretendiendo modestia.
Todos los artistas estuvieron de acuerdo que Arañita era la ganadora y la Medalla de Oro
se la llevó Aldo Papagallo en persona hasta el sofá de piedra donde dormía.
Más tarde, después de las celebraciones y discursos, cuando ya todos se habían ido, Arañita le preguntó a doña Abeja ¿Cómo crees que hizo Oso Negro par encontrar mis ‘collages’?
-Jejejeje- Contestó la abeja. Con la miel se atrapan moscas y….también se atraen osos-
-Jijijijji – rió Arañita, ven aquí mi gran amiga dame un abrazo, tu eres una bandidita!
- Yo? ¿Será posible? Si yo solo soy un “insecto”
-¡Jajajaja- se rieron ambas y bailaron por un rato.
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