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Un agricultor supersticioso contemplaba su plantación de patatas.
Aquel año había sido bueno para él su trabajo, y esfuerzo habían dado su fruto.
Aquel agricultor supersticioso seguía siempre el mismo ritual.
Él pensaba que si ponía nombre propio a las primeras cinco patatas y estas agarraban bien.
La cosecha ese año seria fructífera, así que siempre hacia lo mismo.
Las cinco primeras patatas llevaban colocadas su cartelito con su nombre.
EMBAUCADORA, MONETARIA, PRINCESA, RUPERTA , Y DIONISIA.
Aquel agricultor no le gustaba estar OCIOSO con lo que empiezo a plantar
la siguiente cosecha, está vez seria de tomates, y como siempre, estos tendrían
su ritual al igual que con las patatas, esta vez los cinco primeros nombres serian masculinos.
Mientras pensaba en esto sentado bajo la sombra de aquel viejo árbol.
Pudo contemplar como aquella mariposa, visitaba aún capullo embuelto en unos finos
hilos algo parecido a la seda. Como esté se convertía en crisàlida, y de ahí salia
una bella mariposa, todo esto le parecía un misterio aquel agricultor.
Las mariposas nunca habían sido un problema para su cosecha, como
pasaba con las plantaciones de sus colegas de otras fincas.
El agricultor supersticioso pensaba que era gracias que seguía siempre
con su famoso ritual, que aplicaba siempre, tanto a sus cosechas, como
a los insectos que vivían en su plantación.
Y este siempre seguía el mismo patrón poner a las cinco primeras
mariposas, que veia volar durante la siembra sus cinco nombres propios.
En el caso de las mariposas como no sabia si era machos ò hembras
les ponían nombres de colores, según el tono de color que dominara más.
Así que los cinco primeros nombres de las cinco primeras mariposas fueron.
Negra, dorada, verdosa, blanca, azulada.
Y siempre como por arte de magia nunca sufría plagas de mariposas en su plantación.
Como buen supersticioso nunca contaba su ritual mágico, y los vecinos envidiaban.
Su éxito su gran suerte, todos pensaban que debía tener un gran secreto.
Pero seguramente si estos vecinos supieran, su secreto nadie le daría crédito. |