Aquel gitano de modales asperos cara cortada.
De mirada fría, y ojos inexpresivos.


Se paseaba por delante de aquel comercio.
Llevaba una faca(navaja) con la que se urgaba las uñas.


Mientras hacia esto y de soslayo miraba de reojo
aquella tienda de ultramarinos.


Esperaba a su compadre el abuelo Justino.
"Tino"... lo llamaban en el poblado de chabolas donde.
Tenia su residencia habitual y lugar de trabajo.
Esa mañana habían ido hacer una entrega siempre
procuraban no llamar la atención.
Pero resultaba difícil no llamarla llevando aquella faca.
Pero aquel gitano era pendenciero ,brabucòn .
Y tenia muy malas pulgas, ese día había ido veloz.
A recoger aquella entrega, para dársela al compadre.
Sus palabras nuca era muchas, ahora siempre era
soez en sus comentarios.


El compadre Tino se lo llevó con él porque
confiaba en aquel hombre pero hubiera preferido
llevar a otro, el Gitano era más bien lento.


En la última entrega cogieron a Pulgarcito.
El proveedor de heroína con la que siempre traficaba.
Hombre integro que no dijo nada en los interrogatorios.
Pero que se comería 20 años en la sombra, y todo
por culpa de aquel Gitano, y su costumbre de limpiarse las uñas.
con aquella faca, cuando se hacia la entrega.


En la ùltima redada alguien aviso a la policía
al ver aún gitano de mal aspecto faca en mano.
Mirando de reojo una tienda, así empezaban todas las historias
con aquel Gitano y está vez no iba a ser diferente.
Por eso compadre Tino había resuelto terminar aquella
situación, sin que Gitano lo supiera aquel día dos
colegas del poblado acompañarian al Gitano.


Cuando Gitano se limpiaba las unas, Peladito.
Y Soplamocos, se acercaron a él disfrazados.
De agentes de policía, y condujeron a Gitano
Hacia un coche allí aparcado, salieron de allí
en dirección a comisaria.
Pero claro no era a comisaria donde iría.
Esta vez Gitano amaneció muerto, tirado entre
la misma basura en la que de niño jugaba.
No era un hombre de suerte y terminó igual
que había empezado su vida, tirado y de mala forma.
Sobre el impùdico poblado que un día lo vio nacer