Y es que en las despedidas
no hay nada peor que ser pañuelo,
que ver el propio reflejo en la ventanilla
del tren que se marchó con la vida adentro.
Y me dije no decir nunca más adiós
ni abdicar a regalar rosas de consuelo;
Abaratando la saliva
me convertí en fiel compañero del viento,
en una sombra a la deriva
que se filtra en cada esquina del tiempo.
Transparente fui
y loco volé como burbuja sin firmamento
hasta que de nuevo, un día volví...
¡Me dije no decir nunca más adiós
cuando sólo supe decir “hasta luego”!
Texto agregado el 16-06-2013, y leído por 297
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Lectores Opinan
16-06-2013
Leo y releeeo y sólo aplaudo!!!*********+ nanajua_
16-06-2013
Me vino a la cabeza la escena de la bolsa de plástico de American Beauty . autumn_cedar