(Para ti…)
El azul de tus ojos,
en ese cuerpo exento de brutalidades,
contenido en la palidez tersa de tu piel,
bajo el calipso del vestido que llevas…
sonríes,
y pienso ¿Cómo te fijaste en mi?,
en esta mente destruida por los dioses,
en este cuerpo deformado por los vicios,
… seriamente hablando,
¿no ves lo que soy?.
Acaricias mi barba dispareja,
susurras cosas maravillosas,
paseas por el taller frío y húmedo,
observas las pinturas,
los papeles garabateados,
los libros inconclusos,
y aun no creo que existas.
Pero ahí estas,
dispuesta al trayecto violento,
convencida de algo que encontraste aquí,
algo que yo no veo.
Tomas mi mano…
“Vamos… te invito un café”.
El azul de tus ojos aniquiló mis resistencias.
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