Elegí estar sola
¿Por qué me casé contigo?, me lo he preguntado otras veces, te quería y tú a mí, nos conocimos en una parranda en una picada en Santa Rosa, creo que se llamaba “Donde Miguel” , tu llegaste invitado por un amigo del grupo, yo estaba sola en ese momento y venía saliendo de una relación algo tortuosa.
Por tu corte de pelo pensé en ese momento que eras militar, eras guapo debo reconocerlo, tenías algo especial en tu mirada, algo como ternura, la junta de amigos terminó en la casa de Elena, nos fuimos a fumar un cigarrillo a la vereda y como hacía frío nos metimos a tu auto, lo que terminó en que nos dimos unos cuantos besos.
Reconozco en mí, que tiendo a ser un poco obsesiva y nuestro amigo en común sirvió para que volviera a verte, así que como había una fiesta de cumpleaños a fin de mes, le pedimos que te invitara.
Desde ese día no nos volvimos a separar por veinte años. ¿Sabes? por más que le busco la quinta pata al gato, no entiendo por qué me casé contigo, te quería harto, tuvimos sexo maravilloso, dos hijos espectaculares que son nuestro orgullo, pero no sé qué pasó, no pudimos enamorarnos, no crecimos ni maduramos a la par, nos fuimos distanciando, había sombras en la casa, en medio de la cama creció una pared invisible, la que no nos atrevimos o quizás ya no quisimos franquear, nuestros diálogos eran rutinarios, necesarios por la convivencia, nunca tuvimos amigos, nuestras familias no se visitaban y apenas se conocían, no recuerdo grandes discusiones entre nosotros.
Entonces comprendí que siempre estuve sola, a pesar de estar contigo, estaba sola, me sentía vacía y triste, te miraba tratando de encontrar un camino que nos llevara de vuelta, traté de decírtelo pero no me entendiste, tampoco te desgastaste mucho en ello, así que a pesar del dolor que le causé a nuestros hijos, nos separamos.
Hoy que los años ya me pasan la cuenta, con más achaques y mañas, jardineo, escribo en mi ordenador, leo todos los libros que pueda, cocino, hago mi pan, voy al cine con un par de amigas y por las noches me meto a la cama y sonrío feliz, porque ya no me siento sola.
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