Mis amigos hablaban sobre los la historia del trabajo domestico de la “empleada”, sacando conclusiones y haciendo juicios sobre el trabajo y el rol de aquellas mujeres, y me limito un poco a los juicios esta vez, pero me resulta llamativo el modo en que un pariente me hablaba sobre su “empleada” él hombre soltero gay de 57 años me contaba en un almuerzo de cómo disfruta de esa compañía de los sábados a la mañana, la describía como una mujer que “sabe vivir”, ella llega tempranito y pone la radio a todo volumen y canta las canciones románticas mientras limpia, mientras le seba un mate le cuenta los avatares de la noche anterior en la bailanta, -no sabe Don lo cansada que estoy de estar bailando todo la noche, ella una mujer de más de 50 años también y soltera o separada como él, en pocas palabras pareciera que él disfruta de su compañía pagada sin emitir juicios sobre la mujer que limpia su casa.
Para mi suegra los viernes a la mañana son los días de esa dulce compañía, llamativo el asunto…ella pareciera disfrutar casi de la misma manera aquella compañía pagada, alguien que le limpia su casa, mientras toman mate y conversan, esta vez me toco a mi ver la experiencia sin relato de por medio, pero pareciera que esa mujer es mucho más que la “empleada”, es a quien le confían su refugio de la soledad para que ella lo deje impecable mientras conversan y toman mate. Pero escuchar y contar anécdotas sin juzgar, por qué no, hay más que un vinculo laboral, pareciera ser la relación más gratificante y estable para mi suegra y por qué no para muchos solteros que andan por ahí sin los problemas de familia y con la casa limpia…
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