1... 2... 3... 4... 5... 6... 7... 8... 9... 10... ¡ding!*
-¡es un knock out!, ¡tenemos a un nuevo ganador!, ¡el indiscutible!, el de siempre, el incomparable destructor!...-
-uf... ya son cuantos... ¿treinta?, quizás estoy exagerando, quizás es menos... ¿o serán treinta realmente?, rayos estoy viejo... este tipo, el arbitro levanta mi mano y se puede ver la piel de mis brazo colgando... ¡demonios estoy viejo!, bueno, por algo me estoy retirando de esto.-
las luces de la cancha brillaban intensamente, las cámaras fotográficas disparaban sin piedad impidiendo ver cualquier rostro eufórico del público, todos estaban realmente eufóricos. la sangre del luchador corría por su rostro a través de sus arrugas, todo esto mientras el perdedor yacía en el suelo del cuadrilátero sin poder moverse, estaba siendo atendido por paramédicos, el knock out había sido realmente fuerte.
-¡mira eso, como esquiva los golpes!.-
-claro que si alejandro, Russo es realmente ágil, tomando en cuenta que es bastante joven en comparación con su oponente que es veinte años mayor.-
-¡esto va a ser una masacre!, ¡pusieron a pelear a un anciano de cuarenta y cinco contra la carne campeona y nueva del torneo!.-
-pero claro que él tiene sus años de experiencia, a peleado en contra de innumerables y connotadas personalidades del boxeo y pocas veces ha perdido.-
todos gritaban de euforia porque el campeón había sido el que menos se esperaba, "el anciano", como le llamaban a ese punto. sin embargo todos estaban tristes porque se iba una de las grandes personalidades que les había dado grandes alegrías durante tantos años. el caminaba a paso lento, cansado, todos sus antiguos entrenadores, paramédicos, doctores, amigos e incluso distintos representantes lo abrazaban, todos sabían que el se iba a retirar, pero era un momento de celebración y triste al mismo tiempo. el iba ya a la mitad del escenario.
-no recuerdo muy bien, pues han sido tantos años ya, no es raro que no lo pueda hacer... tenía quince años, unos míseros quince años, cuando comencé a pelear por una razón totalmente distinta... robar... corría por las calles con bolsas de ancianas y carteras de mujeres y luego me tenía que defender de los policías, los mismos que ahora me aplauden. antes les aforraba sus buenos cornetes en el hocico, ahora los abrazo como hermanos, así aprendí a pelear. ellos me trajeron aquí, al mismo lugar del que ahora estoy saliendo. poco recuerdo del mundo exterior porque desde que los mismos policías me trajeron acá, ya que ellos vieron que era bueno peleando a tan corta edad y pensaron que esto me ayudaría, no he salido mucho del cuadrilátero nada más que para buscar ropa y realizar acciones básicas del diario vivir. yo comía acá, dormía acá a veces, vivía acá la mayor parte del tiempo, ahora estoy saliendo... a mi casa... a lo que solía ser mi vida... ojalá me acostumbre a estar sin los guantes.-
la pelea se ponía cada vez más tensa, Russo corría para un lado y "el anciano" hacía lo mismo tratando de pegarle, pero Russo era muy hábil, muy joven. fue entonces cuando Russo de un solo giro empieza a darle golpe tras golpe.
-¡demonios, comenzó la masacre, te lo dije nico!.-
-esto era de esperarse en todo caso, mira como acierta esos golpes, le va a borrar la cara de la faz de la tierra.-
-¡un derechazo, un izquierdazo!, ¡le pegó en el estómago!...-
-¿eso es siquiera válido?.-
-...¡y uno de centro! ¡rayos eso fue una catástrofe para el anciano!.-
-esto no marcha para nada bien, el sabio se nos va a morir.-
el anciano, ahora el maestro salía por la puerta hacia los camerinos, se sentó y suspiró.
-como lo habré hecho, era casi cien por ciento seguro que iba a morir ahí, en verdad ¿como lo habré hecho?, no tenía ninguna oportunidad, las probabilidades estaban en mi contra... bueno, a fin que ya ni importa, este es el fin del camino, solo falta quitarme los guantes, los boxers, los calzoncillos y darme una ducha, luego de eso pasaré a ser un mortal de la calle, nadie más... que será de mi, no tengo profesión... quizá pueda ser entrenador, a fin de cuentas es lo único que se y todos saben quién soy, tendré buena clientela... ¡y no pienso separarme del cuadrilátero!, no tengo posibilidades de optar a otra vida... es lo único que tengo. sin duda alguna fue un buen final, uno de los más tristes finales.-
el anciano estaba ahora descansado, se había duchado y estaba con su ropa común, pantalones de tela, camisa de algodón, una boina gris, sus lentes para el astigmatismo (que el tenía bastante avanzado a pesar de su edad), se sentó en la banca nuevamente, se agachó mirando el suelo y lloró.
-¡el anciano se golpea contra las cuerdas y cae inconsciente!.-
-¡rayos, mierda! el arbitro comienza a contar...-
1... 2... 3... 4... 5... 6...
-¡se está levantando!.-
-¡no estaba inconsciente Alejandro!, ¡esto es un milagro señores!.-
-¡mira eso nico!, ¡se lanzó sobre Russo y enseguida acierta!, ¡Russo no tuvo tiempo de esquivar al tigre!.-
-¡derechazo!, ¡izquierdazo!, ¡derechazo denuevo!, ¡izquierda, derecha, izquierda, derecha!, ¡lo toma por la parte de atrás del cuello y lo golpea en el estomago!.-
-¡uno, dos y tres veces!.-
-¡y ahora un centro directo justo entre los ojos!.-
-¡Russo cae al suelo, mira eso Alejandro!.-
1... 2... 3... 4... 5... 6... 7... 8... 9... 10... ¡ding!*
-¡es un knock out!, ¡tenemos a un nuevo ganador!, ¡el indiscutible!, el de siempre, el incomparable destructor! ¡el tigre de bengala!.-
-¡si!, ¡es el indiscutible vencedor!.-
-¡vaya noche señores!, ¡nos despedimos de un grande alabando su última victoria!, ¡que viva el rey señores!...-
-que viva el rey.- dijo el anciano, cuando cayó la primera lágrima al piso, entonces se sonó la nariz con un pañuelo, se levantó con la mirada al frente como siempre lo hizo desde que los policías lo llevaron a ese mismo lugar, tomó su toalla y salió del camerino buscando un futuro que era incierto pero que procedía de un pasado glorioso. |