Quiero escribir églogas clásicas,
visualizar los mástiles que sostienen el cielo,
apagar el sol con mis manos,
lograr que el tiempo no absorva
mi vida a cada segundo.

Si tan sólo la luz no osara
esquivarme déspotamente
e hipócritamente no me predicazen
antiguos y falsos estandartes.
Y si ese minuto no hubiese
dotado de aliento inmundo
a la tierra fúnebre
que cubre lo putrefacto.

¡Oh conciencia cruel!
¡Desaloja ya tus reprimendas!
El vacío de mi habitación
no necesita tu irónica compañía.
¡Música, suena en mis oidos!
y calla el ruido que me
persigue por las noches.

¡Por las inconmensurables noches!