¡Materia yo amo tu nombre!

Y lo grito
en un terreno baldío
me oyen los renacuajos del charco
la coraza de las cucarachas.

¡Te extraño!

Y el eco se dispersa
en los babosos cuerpos de las lombrices
hasta la cola,
hasta el final.

Sed,
hambre,
¡MENESTER!.

El cielo se adentra a mí
para desatar la violencia,
encadenado me marcho por la pista
nadó por la vil acequia.

¡Te extraño!

Como para que tu fuego se derrame
de manera asincrónica,
porque estas chalada
y yo también.

En la crueldad magenta de tu pelo,
mueren cientos de agentes huraños,
parentela como ácidos,
el amor aturde en contraste rancio.

Luego preso del onanismo,
vuelo por los andenes,
endorfinas a la escala del terrorismo en Iraq(k)
un calambre en la pierna derecha y un horrísono ¡AHHHHHHHHHHH!

Y ya no te extraño