Una llamada y todo cambia.
-Mamá, ha muerto Jose Angel - me dice mi hijo- a continuación un nudo en la garganta, me impide seguir hablando, solo algunos hipidos, que me llegan a través de la línea me hacen pensar, que mi hijo continúa hablando...
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Hace solo una semana, que viniste a verme, a compartir una taza de café, y contarme tus proyectos: En cuanto acabe la escultura, que me han encargado, me iré a vivir a Marruecos, allí hay unos ideas interesantes para artistas noveles. Necesitan demostrar que hay apertura para los europeos...
Continuamos hablando sobre otras cosas. Qué contento estabas, contándome lo bien que iban tus hijos en sus estudios, cómo uno de ellos quería seguir tus pasos, y tú no querías que así fuera
Unos momentos antes que el sol entrara en tu casa, una brecha se abría entre tu corazón y el resto de quienes te amamos, de manera especial tu amigo Alfonso.
La miel para esta herida emana de la limpieza y el amor que te tenemos. No podía ser de otra forma: Los amigos de mis hijos, son mis amigos.
Te abrazo, mientras miro la pequeña escultura, hecha por ti, de una dama ibérica, que fue el regalo de la última navidad para todas las mujeres de la casa.
Tu recuerdo durará lo que dure tu nombre en nuestros labios, que no es otra cosa, que toda la vida que nos queda por vivir.
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