Mis manos deseosas de sentir tu piel en ellas
Es como una brisa ligera, que se disuelve en el aire
Más mi corazón siente aún ese dulce sabor, a miel
Miel recogida de mis vagas fantasías, ¿tú me recuerdas?
Mi amor, emergió de la suave fuente de una gran pasión
Quise en ella liberar mis angustias perdidas, más no pude llegar
Solo hallé en mi camino, dolor, sobre lecho de agudas espinas
Y mis manos, quisieron tomar, dejando solo sangre y aflicción
Aún perdura en mi mente, cuando tus ojos besaba con placer
Se estremecía todo mi cuerpo, cual ramalazo de hondo suspirar
Más, fue el juego del te quiero, no te quiero, y luego se va
Fue como el dulce fruto del árbol, que nace y luego, no está
Boca que besa, corazón herido, mano que busca sin hallar
Ilusiones escondidas, entre trastos viejos y olvidados
Maraña de telas hechas ilusiones, y con el olvido, desaparecerán
Los años, ellos indolentes, perdidos en los cielos, ¿tú, me recordarás?
Raúl Amador Irusta
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