Me envuelves, me elevas, me llevas, me dejas y me vuelves a tocar. Acaricias las hojas ruborizadas de melancolía. Besas las almas y las haces volar. Traes el frío que fluye entre mis huesos. Deshaciendo mi vida, que baila entre las sombras. Susurras la balada que entona tu silencio. Me estremezco. Es tu mano de témpano, que acaricia mi soledad. Viento blanco, Viento azul, que ausente llevas el sol. ¡Envuélveme! ¡Elévame! ¡Llévame! No dejes de cantar tu canción.
Texto agregado el 13-08-2004, y leído por 143 visitantes. (1 voto)