Se disipa la natural melancolía del invierno
Al regreso de las brisas tropicales se derriten los nevados
Se desvanecen las nostálgicas neblinas
Desgarra la naturaleza su ropaje de aridez
De oscuridad, de mal tiempo y de tristeza
Al coronarse de blancos azahares
Se percibe su divino desposorio con el sol
Las misteriosas potencias de la vida
Por arterias invisibles se derraman
Del cielo a la tierra, de los seres a las cosas
Palpitando en la raíz profunda de los arboles
Desbordando en las entrañas del océano.