“Mientras los años llegan” Primera parte ‘Confusión’

Caminando por el parque de alguna ciudad, en una tarde que prometía algún festín de nubes blancas, aunque muy en la lejanía se divisaban esas otras
cargadas de lluvia -que contrastes- una tarde semisoleada con aromas a jazmines y helados de cereza y menta; la brisa desprendida de las fuentes bailarinas y la aproximación de una tormenta…
Como ansiaba caminar por ese parque de alguna ciudad, sin prisa, sin tener que llegar con puntualidad a encontrarme con alguien, sin tener que esperar
a nadie, solamente mirar el revoloteo de las palomas buscando migas o un piquito que besar.
Y cuanto más me adentraba en el parque, más relajada recibía mis recuerdos;
me senté placidamente en una banca protegida por un sauce, abrí mi libreta de apuntes, dibujaba algo parecido a un Golden retriever, me era difícil dibujar esa mirada tan leal tan amorosa de mi viejo amigo ‘Jazz’…
De repente, ahí estaban ellos, sentados frente a mi a una considerable distancia no me había percatado de su estampa, pues eran eso, una postal imposible de
olvidar, para dibujarlos o fotografiarlos, ahí estaban, como dos amigos a disgusto, pero juntos; el de la izquierda, era una imagen inanimada de bronce,
el otro, era el olvido de una imagen sin deseos, cansado, quizá harto de no se que…totalmente desanimado…
Cuando los vi, no supe quién estaba más cansado de esperar… o más cansado de vivir…
Deje mi dibujo de lado, algunas letras empezaron a caer a los renglones de mi libreta, las palabras se fueron acomodando para este relato, de mis mejillas
resbalaban algunas gotas salinadas que se confundían con una leve llovizna,
que prometía ser tormenta.
Fue entonces que apareció ella, traía en su mirada algunos rayos de sol, de un sol vespertino y otoñal, luminosos augurios de interrumpir la lluvia;
sonriente se acerco a ese
hombre cansado, al que apenas unos minutos antes, yo había diagnosticado con pocas ganas de vivir…
Suavemente lo tomo del hombro, lo movió y cariñosamente le dijo…
-Mi amor, ya llegue, hoy no me tardaron tanto, vamos por tu café y ese panque horneado que tanto te gusta…
Él, despertó algo amodorrado, refunfuñando… cuando la miro, todo aquello que imagine, se desbordo en amorosidades, la vio con tanto jubilo, se levanto
de inmediato, la abrazo, le beso sus mejillas blancas, sus manos delgadas y cansadas, caminaron hasta su viejo Café, reían y ella le decía…
- ya ves amor, mientras los años llegan a nuestro calendario, hay que seguir enamorándonos….
-¡Si, pero luego tardas mucho mujer!- un reclamo acostumbrado…
-pero no me importa cuanto te espere,
-siempre llegas y me despiertas y caminas tomada de mi brazo,
-eres mi novia, mi compañera de vida, de siempre…
En cambio, ese amigo de la banca, ha esperado más que yo…
¡Tanto, que se canso de vivir y se fue secando, se quedo tieso!…

La vida, los años, la vida de otras personas son contrastes en un caleidoscopio…
no siempre es como se mira...
Así que, mientras los años llegan a mi calendario…
Visitare los parques de alguna ciudad…
¡Esperen por mi!…

Eréndira Salazar 29 de Mayo 2013 ©