No conozco a los ricos de la revista Fortune, ni a Evelyn de Roschild o a Nelson Rockefeller de quienes se dice que tienen tanto dinero como para dar a cada ciudadano del planeta tres millones de dólares. Pero fui amigo de dos ricos. Tulio G. me contrató para instalarle unos equipos especiales de comunicación en una gran hacienda. Allí tenía un aeropuerto para sus avionetas de fumigación de esa sola hacienda. Vi 14 aeronaves. Me mostro un distrito de riego que tenía unos 4 metros de ancho y unos 40 kilómetros de largo con el cual surtía los cultivos de arroz. Una obra solo posible, pensaba, para un estado rico. Con nosotros se desplazaban 3 camionetas con hombres armados de fusil. Era su escolta personal. Tulio me sorprendió. Paró el vehículo en el que nos desplazábamos, se bajó y me mostró a unos bañistas que estaban cocinando en el rio Baché. Tenían un puchero y un sudado de mil colores.Ellos son felices-me dijo-… y no lo saben. Yo no puedo bajar a decírselos porque es peligroso para mi seguridad y además no me creerían. En cambio ahora voy para mi oficina en la cual tengo 23 teléfonos que contesto personalmente ya que por ellos tomo decisiones económicas indelegables.Para mí- lo mejor que podría pasarme es que la guerilla me secuestrara y me dejara sin un céntimo. Yo sería feliz pero me echaría a mi familia de enemiga. Si pudiese quemar todo mi dinero sería lo mejor pero mi familia me internaría en un siquiátrico. Me gustaría cambiarme por usted que usa corbata pero fiada, mano a mano. Más rico que el conocí a Noel B. Le debía un billón en impuestos a la administración nacional y nunca los pagaba porque siempre sobornaba a los directores. Cada soborno era de infarto. Mandó a hacer un Roll Royce Perez para Perez el director y le dio pasajes y estadía por 3 meses en un hotel de Dubai y una tarjeta gold empresarial. Me mostró un piano Stenway sin destapar que mandó a hacer y que le costó 1 millón de dólares y no había podido comenzar a tocarlo por falta de tiempo.- Usted es un hombre feliz-me dijo- pero no lo sabe. No tiene plata ni la desea.