Decir adiós es regresar.
Con más cicatrices y menos inviernos.
La sonrisa contempla el signo grabado en el vetusto ahuehuete.
El pié aborda presuroso la vereda y levanta el polvo de antaño.
A lo lejos hay una entrada con sombras antiguas danzando.
Cruza.
Los ojos cansados brillan en el marco de una puerta dorada.
El eco de una voz retumba en las paredes carcomidas.
No hay respuesta.
Ahora es relámpago iluminando muros carcomidos.
No la hay.
Ellos han regresado.
Han dicho adiós.
Texto agregado el 27-05-2013, y leído por 131
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Lectores Opinan
28-05-2013
vamos y venimos,ponemos distancia y acomodamos las cosas. jaeltete