Transmisión. Algún estímulo medio arrugado, ya desecho, que busca abrirse paso por la densidad de su ánimo. Se centra en lo que no debe (o al menos eso le dicen) e intenta escarbar cada vez mas hondo, hasta hacerle vomitar (palabras claro). ¿Y qué me dicen de la recepción? ¿Se escucha bien allá atrás? ¿No hay interferencias? Tampoco tiene que recibirse tan clara la señal, el de allá atrás de todo, el que se esta comiendo los mocos, quizás no es necesario que sepa, mejor que imite al de adelante y así para siempre. Uno atrás del otro, compartiendo las espaldas. Pero no hay contacto visual, ni tacto, no se agarran de las manos ni se sienten mutuamente las puntas de los dedos, la continuidad de sus ombligos. Se detienen en sus propios cuerpos como si fuesen separados de los otros, y en la cabeza una transmisión constante; miedo, odio, envidia. Pero por sobre todo el miedo, la angustia. A los que dicen que con el silencio no se transmite, a los desgraciados, una cachetada muda en cada hemisferio de su cerebro; pero el abrazo transmutado a su corazón. L A T R A N S M I S I Ó N ES INEVITABLE; mejor reconocerlo, aceptarlo, controlarla. Ser consciente de lo que uno emana. |