Llegó la noche y cerré mis ojos preparandome a soñar de pronto un llanto invadió mi calma y me llenó de soledad. Inexplicable pero con explicación no sesaban mis lagrimas y pensando en el motivo vi ami alrededor y estaba sola, ¿qué mas necesitaba?. La oscuridad no me ayudó y con muchas preguntas mi mente loca me agobió, de tanto y tanto dolor me dije: espera. Solo cerre mis ojos y en el intento vi tu rostro y recordé que mi estado de tristeza era elección, agradecí mi día, sonrreí y me propuse a soñar. No estaba sola.
Texto agregado el 27-05-2013, y leído por 84 visitantes. (1 voto)