Bruf (fuego)

Bruf lo miraba aterrado.
Sin duda que Brén,Kwai y Seca lo apalearían otra vez por jugar con lo desconocido, pero ahora no estaban alli.

Bruf lo miraba fijo. este instante parecía eterno.Y en este punto algo lo distrajo, cosa fácil.
- mmmmm... ¿y si trabajara en un sistema para darle a cada instante una duración igual, y única?, podríamos saber e que instante sube o baja el agua salada, o cuando habrá luz y cuantos instantes faltan para que no haya luz. Mmmmm, si, podría ser...- pero un sonido chasqueate y un aumento del brillo lo sacó de sus pensamientos. Como científico, sentía gran curiosidad por esa cosa sin forma y traslúcida que emitía calor y luz en el frio de la oscuridad.

La había observado antes, cuando salía Sangre de la tierra en lo alto del monte, y esta tocaba algun palo. Inclusive vió que se comía a sus hermanos que se aproximaron demasiado a la luminosa sangre de la tierra.

Lo producía la sangre de la tierra, pero también la había visto nacer de las estrellas que salían del golpear del pedernal, y lo habia replicado aquí, en su cueva laboratorio.

Nadie mas lo había intentado, nadie mas lo había conseguido, y ahora él, Bruf lo había logrado, era el poseedor del secreto para hacer nacer aquella criatura, mas parecido a un espíritu ancestral que a algún objeto.

Y seguia misandolo como hipnotizado por la danza de aquel ser.

Comenzó a acercarse, lentamente para no asustarlo. Poseía la mas adelantada tecnología disponible para defenderse de aquella criatura.
Tomó su daga de pedernal, pues suponía que no debería atacar al objeto que dio las estrellas de la cual había nacido, y su uklumb que segun el viejo chaman daba protección contra los malos aires que abundaban y hacían perder la presa en la cacería y traían hambre y muerte a sus hermanos, y que él mismo había perfeccionado con piedras de colores.
Continuó acercandose, no se percató de que toda la aldea lo observaba, atraída por la luminosidad de su caverna, que hacía contraste con la oscuridad del mundo, que alguien ya los jóvenes habian comenzado a llamar noche. Adelantó su mano pues veía que la criatura disminuía su baile y se mostraba mas sumisa.

-Te llamaré... Fuego.

Y en ese instante la criatura lo mordió, y sus armas fueron inútiles.
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