AMIGO, AMIGA... BAJA EL VASO

( Sugonal )

Ayer, mientras compartía una taza de té con un amigo al cual estimo mucho, éste decidió llamar a su hijo mayor a Valdivia para conversar sobre una situación puntual surgida entre ellos. No pude menos que escuchar lo que mi amigo hablaba con su primogénito de 24 años.

Me pareció que el diálogo, que se había iniciado normalmente, fue cambiando poco a poco por el tono de su voz y las expresiones de su rostro. De pronto separó de su oreja el celular, y me dijo:

- ¡Oye...! ¡ Me cortó!. ¿Te das cuenta? Así de simple...¡Me cortó!

Lo observé disimuladamente y vi su rostro alterado, descompuesto, un rictus de desagrado en su boca, arrugas en su frente al levantar sus cejas, pena en sus ojos mientras miraba su celular con impotencia y rabia...

El resto de la velada fue suficiente para darme cuenta que la preocupación por esta situación inesperada había tomado el control sobre su persona. Normalmente locuaz, buen conversador y alegre, su humor había cambiado por completo.

Recordé que en alguna oportunidad había asistido a una sesión de grupo con un psicólogo y me pareció adecuado ponerla en escena con mi amigo...quizá le ayudaría...a lo mejor era lo que necesitaba en esos momentos.

Vertí agua en un vaso llenándolo hasta la mitad, imitando lo que hacía el psicólogo en sus sesiones para luego preguntar - ¿El vaso está medio lleno, o medio vacío? - y utilizando esa muletilla continuaba la sesión.

Pero esta vez cambié el rumbo.

- Toma el vaso y mantenlo delante tuyo a la altura de tus ojos... - le dije.

Me miró sorprendido; pero hizo lo que le pedí.

-¿ Cuánto pesa este vaso con agua ? - fue mi siguiente pregunta.

- Bueno..- y después de algunos segundos me dijo -...quizá unos trescientos gramos...

Lo miré a los ojos y le respondí: - El peso del vaso no es importante, depende de cuánto tiempo lo sostengas. Si lo sostienes un par de minutos, no hay problema. Si lo sostienes una hora, te dolerá el brazo. Si lo sostienes un día, lo más probable es que se te duerma el brazo y lo sientas como muerto...

- El peso del vaso con agua es el mismo, no cambia. Pero cuanto más tiempo lo sostengas, más pesado, más difícil de soportar te parecerá...

Continué : -Las preocupaciones son como el vaso con agua. Si piensas en ellas un rato, nada sucede. Si piensas un poco más, empiezan a doler, y si piensas en ellas todo el día, acabarás sintiéndote paralizado, incapaz de hacer nada...

Terminé diciéndole - Rodrigo así se llama- acuérdate de bajar el vaso...