8 pm, Jueves.
Santiago de Chile.

- Hola, tiempo sin vernos
...
Amor.. ¿Recuerdas la vez que te pedí más tiempo para pensar sobre lo nuestro? Creo que tiempo hoy es lo que más sobra entre la distancia nuestra.
- ...
- Haz memoria, recuerda las imbecilidades que te dije aquella vez. Entonces no sabía que poseía el talento de defecar por la boca.
¿Pero sabes lo que más recuerdo?
Aquella vez en tu cuarto, cuando la luz se filtraba entre las cortinas, y las sombras te dibujaban las costillas.
Como hubiese deseado contarte lo que sentía en aquel momento, en cada recuerdo que moría mientras desabrochabas cada botón de tu blusa.
- (El viento sopla)
- Ya es mi segundo otoño sin ti, y se que te puede parecer ilógico que te venga a hablar después de tantas tardes...
(Aliento)
Me dijeron que siguiera mi camino, que este era solo un tropiezo por superar, pero no sabes cuantas veces sigo cayendo en mi mente con tus caderas rubias y las pecas que florecían sobre tu perfil.
...
Cariño, ¿Es muy tarde para comenzar?
Entiendo que el silencio es tu única respuesta.
- (Frío)
- (Encendiendo cigarrillo)
(Nudo en la garganta)
(Tres mil nudos más bien)
Dime que me quieres, que me extrañaste cada noche de verano, que atravesaba por tu mente cada lunes al desayuno.
...
Hoy es veintitrés, sería otro aniversario nuestro, otro día de mirar juntos el techo, comer otra porción de helado de frambuesa y de quejarnos del país en que nos toco estar.
Tu eras la única que sabe como hacerme el amor...
- (Caen las primeras gotas)
- (Exhala)
El otro iba a Mercedes y vi a una pareja en el metro, estaban sentados en el rincón que siempre compartimos en el andén.
¿Puedes creerlo? Fue como ver una foto de las que guardo en mi velador rondar frente a mi, fue como si sintiese tu cabeza apoyada sobre mi hombro de nuevo.
- ...
- Yo se que no dirás nada, ni una palabra, y no es lo que vine a buscar. Pero quiero una señal, una pista de como alcanzarte...
Ah y toma, te traje un ramo de tus flores favoritas, las de plástico.
Hasta hoy no entendía por que te gustaban, pero hoy al ver las demás marchitas comprendo.
Martina, mi pequeña flor de plástico, fría y muerta como hoy, eterna en mi como este cielo azul y gris que nos cubre.
Adiós mi sonrisa de gatito.
-
(Abandona el cementerio, camina hacia cualquier lugar)