Color aquel que cuenta bella historia
de una niña de dulces ojos y sonrisa
que en su timidez presagios anunciaba
la existencia de un alma quizás en pena.

Creció la infante al lado de su hermana
quien fuera por siempre hermosa dama,
la niña a su lado temprano presentía
que aquella, compañera o amiga no sería.

Así en su soledad se hizo señorita
de hábiles manos y corazón de artista,
terrible enfermedad sufrió en su vida
y prematura tornó en gris su cabellera.

“El gris de su cabello, cubrir debiera”
Recomendó una experta en belleza
-Jamás pretenderé cambiar mi apariencia
el gris refleja de mis años, experiencia-.

Llegose a ella un caballero también cano
quien explicó: “El gris de su cabello
marco perfecto de un rostro tan terso y sonrosado
me indica que es usted íntegra dama,
y quisiera, si usted me lo permite
compartir bellos momentos en la vida.

Desde ese entonces las grises cabelleras
se ven gozar de bibliotecas, cafés y teatros
mientras sus dueños con manos enlazadas
pasaron la madurez llegando a ser ancianos.
encuentran que aquel gris que temen tantos
fue la razón por la que empezara
aquel amor apasionado, eterno y completo,
mezcla de rojos, verdes, azules y amarillos
ya reflejados en gris de cabelleras,
que brillan bajo el sol, la luna y las estrellas
por la alegría compartidos en su vida.
Y el gris aquel en que se conocieran
se ha convertido en exuberante plata.