Sin duda, habrá días
que te vendrán con la ironía
de que al final si me hice astillas
entre las afiladas cañas;
Que dejé hace tiempo
de abrocharme soles en el cielo,
que fui la ola oscura y a la deriva
allí donde el mar ya no es mar
y sólo perviven las algas en el cieno.

Sin duda te dirán
que malgasté toda la mirada
en las mañanas frías
tras el helado cristal de una ventana;
¡Que ya no me quema nada!
-ni siquiera el fuego-
porque la brasa del corazón
que antes ardía, ahora se me apaga.

Intuye que son esos días
donde no se olvida que volar
sólo se vuela en los sueños;
Y así va pasando la vida,
¡tan tardía!...
tan granito a granito,
como en un reloj de arena
y por el agujero más pequeño.

Serán los días
donde todo lo que digan
sea la inventiva de los que se escudan
tras el muro de la mentira;
Verán entrelazadas nuestras manos
como rejas de duro hierro
y temblarán,

¡Si imaginasen por un momento
que nos bastaría sólo con un alma pura
para cruzarla entre los cuerpos!

Cuando lleguen esos días
nada preguntes; Sólo confía.
Y anídate desnuda
en la cuna -entonces vacía-, de mis besos.