Detienen a un matrimonio por esconder pelusa detrás de los muebles.
Parecían gente normal— aseguran los vecinos
La Guardia Civil ha irrumpido esta mañana en un domicilio de la calle Escudellers, en Barcelona, descubriendo varios montones de pelusa de distinta procedencia escondidos detrás de los muebles del salón e incluso en los bajos de algunos electrodomésticos. Los habitantes del inmueble han sido puestos a disposición judicial y, aunque no tienen antecedentes, podrían enfrentarse a penas de entre dos y seis años de cárcel.
“No lo hubiera dicho en la vida. Creo que planeaban tener hijos” ha declarado una vecina que asegura que el comportamiento de los detenidos era siempre impecable. Al parecer, las autoridades llevaban investigando al matrimonio desde hacía meses pero estaban pendientes de una orden judicial que, finalmente, ha llegado hoy.
“Había pelusa por todas partes pero estaba muy bien escondida. Sabían lo que hacían porque hemos tenido que retirar muebles muy pesados para encontrarla. Parecía un piso normal y corriente pero se estaban gestando allí fuertes brotes de alergia primaveral” explica uno de los agentes.
Los sospechosos han declarado que ignoraban la presencia de las bolas de pelusa, aunque la posibilidad de que alguien las escondiera sin que ellos se percataran es remota, según apunta la Guardia Civil. “Que entre alguien en tu casa y retire una librería de varios kilos de peso sin hacer ruido y sin que te des cuenta es muy extraño. Además, se han hallado filamentos también en una aspiradora. Está claro que quisieron deshacerse del material antes de ser descubiertos”, insiste el agente.
Las autoridades policiales advierten que en los últimos tres meses ha aumentado considerablemente la presencia de pelusa en el territorio español. Sin ir más lejos, el pasado mes de abril fueron detenidos en el aeropuerto de Barajas cinco ecuatorianos que llevaban pelusa escondida en el ombligo. Ante la ausencia de sistemas efectivos que permitan distinguir algunas bolas de pelusa del propio vello corporal, la Guardia Civil recomienda que, por norma general, se viaje siempre con el cuerpo depilado para no levantar sospechas. Se evitarían de este modo, casos como el de Roberto Maldín, un andaluz con abundante vello en el cuerpo que fue confundido con una gran bola de pelusa y estuvo a punto de ser arrojado por la ventana de un cuarto piso. Al final, le salvó el timbre del celular que llevaba en el bolsillo.
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