Un día como este tendría que salir a mirar el mar, pero está tan retirado que no podría llegar a él, por eso sólo atino a sentir el ruido de sus olas al pegar en el murallón donde sé que anidaran las clásicas gaviotas.
Pienso en vos, en tus ojos negros llenos de vida. Donde estarás, quien tendrá tu corazón y mirará tus pupilas. Al pensar los recuerdos sé hacen carne en mí, y los sueños fluyen dejándome vivir aquellos momentos tan intensos y únicos, recuerdo tus palabras, tus besos, el calor de tu cuerpo. Recuerdo tu alegría, mi felicidad al verte, mi alegría de tenerte.
Hoy sentada frente a esta computadora transmisora de tu voz… recreo esos momentos, atesoro cada instante que vivimos. Recuerdo las peleas y luego el reencuentro y siento que estoy regresando y lo vivo ahora junto a ti porque en el fondo se que tú estás sintiendo lo mismo, sé que te lo trasmito, es tan intenso el pensamiento que se aferra al tuyo y entre ellos hacen una reconstrucción instantánea.
El amor flota, lo siento, lo veo pasar, me sonríe soy una elegida del amor, sin saberlo me acompaña cada paso, cada sueño y en cada instante es un soplo breve que se renueva, y vive en mí tu silueta dorada por el mar y el sol de aquellos tiempos.
MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI
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