caminaba por la calles de Londres cuando un tipo de mas de dos metros y de ojos azules me habló en su idioma que aún desconocía... me dio unas hojas y un manojo de llaves, luego, subió a un auto dorado y se partió... le pude ver doblando una esquina por esas calles limpias y adoquinadas... no sé porqué, pero sentía que estaba en un mundo neblinoso y lleno de misterios y muerte...
abrí una que otra hoja y eran fotos llenas de personas y casas y lugares muy lindos... no quise saber mas... miré el manojo de billetes y todos eran billetes de 20, con el rostro de la reina... parecía contenta de salir en esos papeles... subí en uno de esos buses rojos y con gente vestida de negro y de ojos azules, cuando el chofer me extendió la mano como pidiéndome el ticket...le di uno de los billetes, pero no lo quiso aceptar... tuve que bajar porque toda la gente me miraba...
me puse a caminar por esas calles y esas casas antiguas y llenas de historia, y sus casetas rojas de teléfonos, del mismo color que casi todos los buses... y esos puentes limpios, hasta el agua parecía ser pura...
¿cómo llegué aquí?, me preguntaba... recuerdo que me senté en un escritorio y me puse a escribir... cerré los ojos y las palabras me jalaron hasta Londres... y allí estaba, soñando despierto... lleno de imágenes que encontraba en la web... cuando un niño de no mas de ocho años me dio unas monedas mas... las tomé y las tiré al río... eso da suerte, pensé...
el sonido de los autos y los buses y las motos no cesaban... los perros muy lindos y adornados por correas rojas en sus cuellos parecían llenarse de orgullo inglés... todo estaba en su lugar, todo era del mismo tamaña, como una foto perfectamente cuadrada...
estaba el Londres... sí, estaba allí y no lo sabía... tan solo me dejaba llevar por mis manos y mis sueños...