El profesor de Filosofía Juan Mirlate acostumbraba,
de una manera muy IRÓNICA a presentar los temas que dictaba
de modo que parecía defender lo que, precisamente, atacaba.
Esto, para empezar el debate en clase con sus alumnos
Algunos, al exponer sus “tesis”, reían a carcajadas;
otros, quedaban desconcertados;
los menos, asentían con gravedad, cayendo en la trampa.
Enseñaba a pensar:
algunos discutían sus “tesis” usando su cabeza, pensando;
otros, reaccionaban en pro o en contra, visceralmente,
pero sin razones, hasta que se rendían a la evidencia.
Al concluir sus clases, la mayoría quedaba conforme;
Uno que otro se mostraba reticente, pero sin argumentos.
Su mordacidad, especialmente al referirse a las dictaduras
eran de color denso-transparente.
Algunos despistados lo llamaban el Profesor Dislate,
Cierto vez, aniversario del golpe militar, expuso la tesis del día:
- La dictadura de la derecha, amparada en los militares,
nos ayudó a no ser consumistas.
- ¿Cómo así, maestro?, le preguntaron sus discípulos.
- Muy sencillo: con los sueldos y salarios miserables de la época,
no podíamos ser consumistas.
Apenas alcanzaba para sobrevivir.
Y comenzó el debate.
Ustedes, ¿qué opinan? (con la cabeza; no con las visceras).
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