El camino del perdón
Me vi en el medio del bosque desconsolada, agobiada por tanta angustia, rota mi alma con tanto odio en mi corazón. No sé como llegué allí tan rápido, es cierto que está sólo a unos kilómetros de la finca, pero aún así, de noche, corriendo… no lo sé.
Me abracé a un viejo roble al que siempre me trepaba, sentí ganas de tener la energía de nuevo para poder esconderme en su copa como antes, cuando huía de los terrores que enfrentaba a diario y que a nadie le quise contar jamás.
Entonces te vi, en medio de la espesura, con tu cabello suelto, como si te lo hubieras cepillado recién, con tu vestido lila y tus manos maravillosas, esas que me acariciaban el pelo para hacerme dormir, tendidas hacia mí, corrí hacia ti sin pensarlo, me sentí feliz de nuevo entre tus brazos, como antes cuando estabas aquí.
No tuve miedo, yo sabía que estabas muerta, me explicaste dulcemente tantas cosas, me condujiste por el camino del perdón, ese sentimiento extraño que hace un rato yo era incapaz de entender, aliviaste no sé como mi cuerpo magullado, lo acomodamos juntas debajo del viejo roble y lo cubrimos con hojas, nos tomamos de las manos y nos fuimos juntas de allí.
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