Nací bajo la gracia o el castigo de ser la primera nieta, y como tal ser tanto la novedad como el objeto de todas las expectativas.Mi abuela se convirtió en tal a la corta edad de 37 años,fue arrebatada por el abuelasgo, como me gusta decirlo.
No es extraño imaginar que por ser la primogénita fui recibida con gran entusiasmo, pero la magia entre mi abuela y yo permaneció a lo largo de los años; llámese química, identificación, afinidad de caracteres...magia.
Ella era una mujer alta, de contextura grande y carácter tan firme como su voluntad,vienen a mi mente las siestas de verano donde entre canciones me enseñaba las vocales; palabras nuevas (por lo menos para mi corta edad), números...Mi abuela nunca terminó la escuela primaria.
En sus manos una madeja de lana podía transformarse en la prenda mas hermosa del mundo, compraba revistas de moda para copiar modelos, que siempre superaba en diseño y belleza...No sabía de aumentos y disminuciones.
Con el tiempo aprendí a tejer, pasaba las tardes de verano sentada junto a ella viéndola manejar las agujas, soñaba con ser como ella...
Crecí y muchas veces traté de enseñarle a multiplicar y dividir, fué inútil, solo conseguí complicarle la vida y así comprendí que su mundo no precisaba de más conocimientos.La semana tiene siete días, si sopla viento del este seguro llueve, cuando atardece y el cielo es rojizo la mañana siguiente será calurosa...Genia.
Aprende, será un tesoro para tí y un orgullo para mi, solía decirme...
Pasó más de un año...La semana sigue teniendo siete días, los cielos rojizos traen mañanas calurosas...
Solo tú no estás aquí...Te amo abue...
En memoria de Dora. |