Mucho gusto, mi nombre es muerte y me apellidan parca; me comunico con ustedes porque estoy impresionada al ver la manera como se comportan. No sé cómo les funciona la cabeza pero pareciera que fueran simplemente funciones bioeléctricas, porque el raciocinio, como que no les sirve para nada. Desde hace muchísimos años ustedes han estado aprisionados en ese planeta que llaman Tierra y me dan mucho trabajo diariamente, les agradezco por eso.

Quería decirles que lastimosamente no me puedo comunicar con ustedes, pues no tengo las mismas características humanas, como lo son los ojos; discúlpenme, pero no los puedo ver bien, eso lo hago para no ver sus rostros angustiados, antes de que me los lleve. Tampoco tengo oídos para escuchar sus gritos y sollozos de dolor, ya saben, en los casos como los quemados o torturados, como me gusta verlos tratando de que alguien los escuche, sí, para su desventura no comprendo el lenguaje terrenal. Mi boca también es muy diferente a la de ustedes, por lo que no puedo dialogar acerca de ningún tipo de tema; lo que sí creo que les ha quedado claro es la forma en la que me comunico con ustedes: dolor y desesperación, de esa manera ustedes captan que me estoy acercando. No tengo nariz para olerlos, pues es que me incomoda un poco, después de que he hecho mi obra, quedan con un olor nauseabundo y eso me molesta. No uso manos como las terrenales, ustedes me entienden, no me gusta darles la mano, pues es que debo reconocer que he sido, soy y seré muy descortés con ustedes.

Me los llevo cuando se me da la gana, a la hora que quiero, en donde se me apetece, en la edad que yo desee. Hay algo que me encanta de ustedes, ¿saben qué es? Me siguen alimentando, ¡qué rico!, ¡delicioso! Cada vez que un hombre y una mujer tienen relaciones sexuales y se embaraza la hembra, yo hago una fiesta estrepitosa, invito a mis dos más grandes amigos desde hace milenios, se llaman dolor y desesperación; nos emborrachamos hasta más no poder y luego decidimos el día de la muerte del fecundado, a veces acordamos que el feto muera dentro de la madre y otras veces los dejamos llegar a la vejez para torturarlos con todos los vejámenes de esa etapa. ¡Como gozamos! Al dolor y la desesperación les encanta escuchar las siguientes palabras de ustedes: No aguanto más.

Me río a carcajadas cuando hay algunos que juran que van a morir de manera indolora, ni se imaginan lo que les hemos preparado. Les voy a contar un secreto, tengo aliados entre ustedes, son: los religiosos, los políticos, los científicos, los revolucionarios, los empresarios, los ecologistas, algunos artistas, algunos filósofos, los psicólogos, los psiquiatras, los que se reproducen y los que defienden la vida. Ustedes han sido buenos conmigo y me han dado de comer durante muchos años, estoy bien gordita. No piensen en mí, ténganme como algo místico, eso me engrandece.

Les voy a pedir un favor, se los suplico, sigan reproduciéndose, así creceré más y más, seguiré engordando abundantemente; porque es que si ustedes no se reproducen ¿Qué va a pasar conmigo? ¡No quiero imaginarme ese escenario! !Sería mi peor pesadilla! Me enflaquecería, aguantaría hambre, me tocaría despedir al dolor y a la desesperación y finalmente moriría.

Debo reconocer que me han vencido algunos de ustedes, los que no se reprodujeron, ¡malditos!, ¿Cómo los puedo matar si no han nacido? Detesto a todos los que se abstienen de tener hijos, de todas formas me los voy a llevar a ellos. A los padres les agradezco demasiado por darme comidita. Muchas gracias por todo lo que me han dado, también les manda saludos el dolor y la desesperación.

Posdata: Nos vemos pronto.