Si lo fuera...
Pregunta que yo me he hecho y supongo que también tu cuerpo, que nos hemos hecho todos en ausencia del otro, calculando.
Si fuera tu amante me volvería poeta, y escribiría a diario la ausencia de tu cuerpo, o la fantasía que imagino.
Tú conoces tu cuerpo e ignoras mis fantasías, y eso juega a mi favor porque conozco mi cuerpo, e intento alimentar tus fantasías.
Ya ves, escribo y casi me vuelvo amante sin conocer tu cuerpo, a punta de escribir, imaginando cada palabra. Porque si ignoro tu cuerpo, tu boca y tu pecho, podría describirlos lentamente, de modo que te reconozcas en mis letras, que sea tu tiempo, tu piel, tus piernas y tu deseo, que siempre será el mío.
Porque de eso se trata ser amante, de deseo, y yo podría marchar por las grandes alamedas con un cartel con tu nombre, como reivindicación del pueblo, como mínima justicia y deseo.
La verdad, incluso podría marchar con tu foto pegada en el pecho -si la tuviera- con la frase ¡Dónde Está!
Pero no tengo ni tu foto ni tu nombre, sólo el deseo.
Pero ya sabes, o te aclaro, no soy poeta ni amante, soy cuentero, y tengo pareja estable que dice que me ama, y yo le hago eco, siempre que tú no te aparezcas. Temo que ella descubra que es a tí, fanta-sma-sía a quien le dedico versos y que sepa que los cuentos son para ella. |