Hay que poner cierto orden en la mente si uno quiere recibir buenas calificaciones en sus poemas.
A medida que avanza la vida todo se vuelve más difícil. Parece que ya no estoy tan seguro de la sintaxis de mis obras.
A fin de cuentas son obras.
Ahora vengo a escribir acerca de otro tema.
Se me ocurrió algo hace rato y pensé que era buena idea venir y hacer un excelente libro.
Entonces comienzo y no me gusta.
Y me doy cuenta que perdí esa seguridad al escribir.
Y entonces hay que comenzar de nuevo.
Lo que se me ocurrió fue en relación a la muerte.
Desde un enfoque distinto.
Estaba tirado viendo tele.
Discutiendo con mamá respecto a un juego que trae de cabeza a la ciudad.
Un juego de fútbol.
Y estaba en la tele el señor que se encarga de animar a la afición.
El hombre de la polémica.
El hombre que dice saber más de lo que uno puede saber.
Es un anciano.
Me parece de pronto que no es el único anciano en el mundo que hace eso.
Supongo que debe haber varios en Buenos Aires.
Varios en Milán.
O por lo menos uno.
Este comentarista y narrador de fútbol es muy especial en la vida de muchas personas en esta ciudad.
Su nombre es Don Roberto Hernandez Jr.
Quizás la persona más amada y odiada de la ciudad.
El tipo es todo misterio.
Se dice hincha de uno de los equipos de la ciudad.
A veces lo que hacen los dos equipos de la ciudad pasa a un segundo término.
La gente sólo quiere saber qué va decir el anciano.
Cuando pierde su equipo, qué excusa irá a sacar.
Y así por el estilo.
Tiene un programa de radio que sale por las mañanas en una estación de AM.
Últimamente he estado escuchando todos sus programas.
Los de tele y los de radio.
Como yo soy hincha del mismo equipo que él, de cierta forma me consuela cuando hay una derrota.
Porque lo que sea de cada quien, el viejo tiene algo.
Los resultados no se han dado en los últimos meses, ni en los últimos años, ni en los últimos siglos.
Ayer perdimos el clásico una vez más.
Ya no me importa tanto.
Escucho a Don Robert y me alegro.
El viejo sale con alguna vestimenta estrafalaria, se pone una peluca de colores, le echa la culpa al árbitro o dice que el juego estuvo arreglado, y de cierta manera me siento mejor.
Mi mamá le va al otro equipo, y por supuesto odia a Don Roberto, igual que todos los simpatizantes de ese equipo.
Entonces, mientras lo veíamos juntos, le dije: Voy a hablar al programa de don Roberto.
Porque en la radio la gente habla constantemente para hacer comentarios.
Y le digo: le voy a decir que ya deje de hacernos creer que ese equipo va a ganar algo, porque nomás nos ilusiona.
Entonces a mi mente vino una frase de Bukowski famosísima. Encuentra lo que amas y deja que te mate.
Y le dije a mamá: esos que hablan al programa de Don Roberto ya eligieron su muerte.