Yo te ví llegar, yo te ví nacer parido de entre nubes de humo,de entre columnas gigantes, de las mañana heladas,
tus ojos nacieron después, rendijas espiantes que asomaron sus espejos cuando los descubrí. Después nació
Tu espíritu, nació de las rendijas de tus ojos, y venia cargando en su regazo tu tímida alma.
Te ví caminar, caminar hacia mi con el pecho abierto y tu corazón entre tus manos; yo te alimenté y abrí mi pecho también para que comieras de mi espíritu, y fuimos felices.
Y caminamos juntos por las columnas y el humo por el que te ví nacer. Ofrendamos nuestras lenguas, y puse la mia en tu boca y pusiste tu lengua en mi boca; hablabamos el uno por el otro, hablábamos el uno para el otro, y fuimos felices.
Yo te ví marchar, yo te ví morir entre las mañanas heladas, el frío congeló tu pecho, y lo tuviste que guardar , ya no habia corazón para alimentarme, y el frío cerró mi pecho y ya no estaba servido para que te alimentaras de mi espíritu, las lenguas cayeron, y tu pateaste la mia y yo enterré la tuya, fuimos condenados al silencio , solo quedaron nuestras miradas , solo quedaban nuestros ojos, pero tu alma tímida se volvio a refugiar en ellos, y los mios ya no pudieron ver tus destellos; yo te ví morir.