Mamá estaba loca, ella no quería parir cuervos y para darle un desenlace a su 'Fathum' nací yo. ¡Tan roja y oprimida!
Abundaba la nicotina y la mugre en los recovecos, invisibles para los ojos.
Mamá no quería que la llamara como tal, yo le había salido de entre las piernas, según me contó la ensordecí con el primer llanto existencial que largué, limpios mis pulmones aún del humo.
Papá no existía y a veces suponía que Mamá tampoco, pero para la contradicción de aquel ente desconocido yo sé que fui un ALIVIO, ambiguamente este Alivio tenía un circuito de órganos en su interior y pensamientos propios.
Mamá siempre se quiso ir y mi estúpida intención la retenía, ¿intención de qué?, no sé, sólo sé que mis intenciones desmotivaban al resto.
Escribía, ¡sí! recuerdo que escribía mucho, ¡ella no! hablo de mí, me sentaba en las penumbras del cuarto y daba relleno al frasco de la imaginación, o en todo caso le daba basura al desagüe.
Mamá tenía 20 años cuando se fue, se fue porque no quiso verme más la cara, ahora comprendo que el anhelo de la libertad individual puede llevarnos a destruir o desviar vidas ajenas, ésas que justamente dependen de nosotros.
Como Papá brillaba por su ausencia y Mamá se había ido, el crío infecto se transformó en un alivio solitario y desconforme, algo así como el gusano que deja de serlo para convertirse en una mariposa, pagando la osadía de vivir un solo día.
Nunca me conformó una identidad ni un destino, ya que este último es incierto, nunca entendí por qué no podía vivir según mis antojos, me impusieron un sexo, me justificaron con una breve infancia esperanzada y dolorida, y me impregnaron como una mancha de humedad la precoz melancolía de los adultos.
Lo único radiante de Vida que me quedó entre los huesudos dedos fue la Impulsora Derecha, originaria de análisis e ideas sumamente sociales, trastornada y fantasiosa de Revolución, ¡¡una Revolución necesitaba en la pasividad hipócrita de esos días!!
Tengo sueño y recién está amaneciendo, esta impulsora derecha, este alivio solitario y desconforme se ha vuelto poesía en el cansancio de mis pupilas y las venas arden y se tensan, se fragmentan lentamente hasta culminar en un aborto decidido.
¡Sol que me abres y me llenas!
... Mamá no parió un Cuervo pero estaba loca. |