Vivía en Nueva York. El ruido de los carros y la altura de los rascacielos atormentaban su mente. Le gustaba habitar en esa bella ciudad, pero hay veces necesitaba un descanso. Estephanie en ocasiones viajaba mentalmente a un lugar tranquilo, donde nadie la atormentara.
Era publicista en una importante firma de cosméticos. Disfrutaba su trabajo. Le gustaba el trato con los clientes, convencerlos de hacer contratos con su empresa.
Vivía en una bonita casa en el Bronx, con sus padres y su mascota. Miraba las fotos de su niñez y no veía la misma imagen de sí misma y no solamente físicamente. Ya sus 24 años le habían cambiado el carácter y endurecido el alma.
Hacía un año era muy feliz emocionalmente. Estaba enamorada de Jonh, su novio hacia meses. Salían, se divertían, se amaban. Su carácter jovial era admirado por todos. Como dice el dicho¨ El amor le pone alas hasta a un cerdo´´.
Pero en poco más de un año la relación se vino abajo. Su prometido la dejó un triste día de noviembre. Su alma desde ese momento comenzó a endurecerse. Juró que nunca la volverían a herir.
Entonces se volcó más que en su carrera a cuidar de sí misma para ser menos débil emocionalmente. Comenzó un curso de meditación, de autoayuda para aliviar el estrés. Allí conoció a varias personas que le ofrecieron su amistad incondicionalmente y hicieron que volviera a confiar de nuevo en las personas y tener verdaderos amigos.
Robert era muy carismático, alto, flacucho y con orejas grandes, pero un corazón bonachón. Marie era de estatura mediana, de carácter afable, incapaz de alterarse ni por la mayor catástrofe. Inés, el alma del grupo de los amigos, tan carismática y segura de si misma. Ellos tres y Estephanie lograron una empatía sin igual.
Muestra de ello fue su primera sesión. Estephanie era incapaz de visualizar interiormente su lugar especial, hasta que Robert le dio un método infalible; pensar en un momento de su niñez.
Estephanie se concentró de tal manera que pensó de pronto que estaba ahí. Caminaba por un camino estrecho, una callecita antigua, pero adorable. Habían muchos vendedores ambulantes de frutas, ropas, artículos antiguos. Al cruzar la fuente sin agua que estaba en el centro del pueblecito entraron a una bella tienda. Era pequeña, pero todo estaba bien organizado. Entonces su padre le compró a Lili, su primera muñeca, de pelo muy sedoso y ojos expresivos, su juguete favorito desde ese entonces.
-Estephanie, despierta, ya acabó la sesión -, dijo Marie su amiga cuando ya casi todos se habían ido.
Su concentración se había exacerbado de tal manera que no había escuchado cuando el profesor dijo las señales para despertar.
-Dicen que cuando la mente se concentra mucho en algo pasado es porque necesitábamos saber sobre eso para incorporarlo a nuestro presente-, replicó Inés.
Salieron del salón del curso y se despidió Estephanie alegremente de sus amigos. En camino a su casa se puso a pensar en las palabras de Inés.Tal vez le dolía demasiado la verdad para aceptarla.
Llegó a su casa extenuada y durmió mucho. Soñó también con su infancia al igual que en el curso. Ella vivía en un pequeño pueblo en México, sus padres eran de clase mediana, pero los salarios eran bajos y con pagarle la escuela y comprar comida gastaban la mayoría del dinero. Era bonito su sueño .Estaba en la escuela .Jugaba con otros niños amiga Inés jugaba con ella también .Ambas retozaban con la nueva muñeca. Después comenzaron a correr por el patio de la escuela. Decía el padre de Estephanie que al correr te haces más inteligente y ella siempre quiso salir bien en la escuela, así que corrían en el patio del colegio, corrían sin parar .Tropieza con una gran piedra, se cae y sangra.
Despierta llorando la actual mujer que soñaba con su infancia. Mira en su pierna y no hay sangre, pero si una pequeña cicatriz, .que le hace recordar la veracidad de sus sueños.
Entonces le causa una duda, si sería la misma amiga actual que encontró recientemente. Pensó en preguntarle en la próxima sesión del curso.
Inés ese día no estuvo presente. Era extraño, porque era la que siempre llegaba de primera. Trabajaba a dos cuadras.
Comenzaron entonces el curso sin ella. En medio de un ejercicio de meditación donde tenían que pensar en que animal les gustaría ser sonó el celular del profesor. Era el médico del Hospital Central avisando que Inés había tenido un accidente. Se había roto una pierna y dos costillas.
Fueron todos hacia el hospital preocupados a ver a su amiga lesionada. El rostro de la muchacha estaba demacrado por el dolor, tenía varias ojeras de dormir más. Estaba sedada con medicamentos y bien atendida por los médicos.
-Hola , ojalá te mejores pronto-,dijo Estephanie a su amiga.
Robert, Marie y el resto de los compañeros del curso también estaban ahí. Entraron en manada con un bonito ramos de flores rojas para animar a la enferma.
La acompañaron toda la tarde animándola y deseándole una pronta recuperación. Ya se encontrarían pronto.
Estephanie se quedó a acompañar a su amiga hasta el otro día ,porque Inés no tenía familia.
Entonces le habló de su peculiar sueño.
-¿Seríamos amigas desde ese entonces? , preguntó entre risas Estephanie .
Rieron las dos.
Una semana después Inés salió recuperada del hospital. Desde ese entonces serían las mejores amigas y junto a Marie y Robert vivirían grandiosas aventuras, alejados de ella gran ciudad.
Estephanie dejó de trabajar en la agencia de publicidad. Estaba harta de tanta diplomacia y hipocresía. Quiso volver a sus raíces y junto con sus tres amigos fundó una fundación de ayuda a los emigrantes mexicanos a buscar trabajo y asentarse en Estados Unidos.
Estephanie comprendió así que la vida podrá ser muy dura hay veces, pero cuando los amigos están cerca todo es más sencillo. Ellos son esos seres que siempre te acompañan y te hacen ser mejor persona cada día.
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