Pétalos rojos visten mi cuerpo,
El sueño me lleva a fantasías,
Me rodea de nueva compañía.
Aliviana el peso del momento,
Renovando la esperanza que no fluía,
Inflando mis pulmones con aliento nuevo.

Las flores de los campos eternos
Acarician mis pies descalzos entre espinas.
El sol alumbra el cetro
Que las sombras acechan escondidas
Mirando en secreto y a hurtadillas
Si pueden esparcir sus muertos.
Inundando la naturaleza con sus restos
De basura y falsas alquimias.

Sus dardos se clavan en mi pecho,
Aun hoy siento sus heridas.
Las llagas las dejo recluidas
Pero la sangre brota sin remedio,
sin embargo me enseñaron a convertirlas
En los pétalos que mi piel genera,
Provocando éxodos de dolores secos
Y otorgando bálsamos que alivian
La corteza de mi abatido cuerpo.