Madre, a tí que me diste la vida, que encendiste mi luz interior, que ya dentro de tu vientre comencé a saber lo que era eso llamado amor. Madre de recursos que siempre me apoyas, me das tu mano y dejas que de ella sin perderme vaya. Madre que me diste, me das, y me darás tus lágrimas sin pestañear, pues fuí por tí engendrado para nunca dejarnos de amar. Madre siempre presente y algunas otras tan solo espiritual, estás a veces sin estar, porque aunque aquí ya no existas se que desde ese lugar donde te encuentras nunca me dejas de mirar. Por eso cuando solo ya me encuentre de tu doctrina viviré, porque fuiste, eres y serás ese libro que seguirá siempre abierto y que me permitirá en cada momento con esa tu gran sabiduria mi vida con éxito continuar. Tú siempre serás esa hada mágica que con su gran corazón me dará lo que ninguna otra mujer jamás me llegará a dar, tu increíble, inagotable y abierta comprehensión. Madre, gracias por ser la gran reina de Mayo, por tí al igual que yo lo hice, las flores nacen siempre de ése tu fertil tallo.

Feliz día de la madre.

Escrito por Carlos Them

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