¡VENEZUELA...! TIENES NOMBRE DE MUJER...

¡Mi Gran Patria: Venezuela...! ¡Tienes nombre de mujer! Eres Madre, eres hija, hermana, esposa y placer.
¿Ingenua? ¡Como una niña! ¡Tan fértil como El Edén!... Constante como una madre con sus hijos ¡Por su bien!
Obediente, cual la hija cuando desea aprender de sus padres, que la guían por senderos del deber.
¡Indefensa Venezuela!... tienes nombre de mujer:

¡Tan frágil! como la novia, que, al conducirse al altar considera que sus sueños: realidades van a ser.
Eres ¡tan fiel como hermana! que en cualquier momento cruel abandonas tus problemas para correr a atender a tus hermanos: Los Pueblos, que no pueden resolver en un momento de tristeza, lo que les pueda acontecer.

Madre mía ¿Qué te han hecho los hijos a quienes diste el ser? ¡Te han visto cual esa vieja a quien nadie quiere atender! Tus hijos buenos se mueren por enfermedad tan cruel: Se te mueren en las calles por quererte defender, se te mueren en la cárcel por defender tus ideas, por defender ese vientre que les transmitió el saber.
¡Abandonada, Venezuela! tienes nombre de mujer.
¡Tantos hijos que tuviste!, ¡Libres! ¡De todos colores! ¡Indios!, ¡Negros!, ¡Blancos y Mestizos!
Dándole tu amor al hombre que te quiso conocer, esperando la semilla que te hiciera concebir
a Este Hijo que supiera cual sería su deber:
Al Hijo que produjera para tu Gloria y tu Bien. El hijo que no dejara que te fueran a quitar
la dignidad, el respeto, la honra de ser mujer. Al hijo que defendiera tu suelo de los ladrones que mataban a tus indios para robar tus riquezas, que golpeaban a tus negros para quitarte el derecho
De tener hijos que luchen para defender tu lecho.

Pariste de un indio libre que te abandonó a tu suerte Y tus hijos se murieron por falta de un padre fuerte.
Pariste de un extranjero, que aunque te dejó hijos bellos, hijos sanos, hijos fuertes, se fueron debilitando por la falta de alimento. Porque aquel hombre extranjero, que también usó tu cuerpo, te sacó de las entrañas los tesoros de tu suelo, para entregarlos a otros... ¡Quedándose con tu dinero!.
Tus hijos murieron de hambre por la falta de atención porque tu estabas herida por los golpes que te dio.
Luchaste por mantenerlos vivos, ¡Por tu devoción! De los hijos que tuviste, nació Aquel Libertador
quien te dio toda su vida y sanando tus heridas Expulsó a aquel extranjero que tan solo te explotó.
Mas... Murieron otros hijos, por luchar, por ser valientes: Tus Llaneros, tus nativos, tus hermanos, tus parientes.
¡Venezuela, Venezuela! tienes nombre de mujer:

Te casaste con el rico que te quiso mantener y obtener así con ello el respeto del dinero, el respeto del poder. El respeto que a ti nunca tus amantes te brindaron pero que tu merecías por auténtica y por fiel.
Seguiste aprendiendo leyes y así fuiste madurando
Y conociste el saber: Supiste de tiranía, supiste de democracia, supiste que eras hermosa, supiste qué era el placer.

De los hijos que tuviste, algunos salieron fuertes, Porque en tu seno tenías alimento permanente;
Cómo te sentías tranquila, porque te cambió la suerte, tus hijos corrieron libres: por tus llanos, tus montañas, tan sólo aparentemente... Por tus ríos, por tus valles, por tus mares los regaron, salieron de tus fronteras... Y algunos no regresaron... Otros, muy inteligentes, Se hicieron profesionales, volvieron para quererte, nutriendo tus ideales.
Descansaste, Venezuela, dormiste plácidamente...
¡Tan ingenua, Venezuela! Te engañaron nuevamente... Y te ataron Patria Mía, como a una vaca: ¡Por el becerro!

Y envenenaron tus hijos, a tus hijos predilectos: a los hijos que elegiste, por creerte que sabían lo que hacían por su patria A aquellos hijos amados que tuvieron el privilegio
de conducir sus Hermanos por un sendero mas cierto Enseñándoles que nunca debía Existir la pobreza,
que repartieran tu herencia: la riqueza de esta tierra, que a todos les alcanzaba Para que crecieran fuertes:
¡Educación para todos! ¡Protección! ¡Buen Alimento! Trabajo dignificante que a todos favoreciera.
Que vivieran con respeto para que unieran esfuerzos Y que todos entendieran que debían defenderte;
porque al defenderte a Ti ellos irían creciendo y con ellos, tu alegría por sentirte satisfecha,
De tener una familia que sabía responderte. Más, te estaban engañando Venezuela: Lentamente
Sin que Tu te dieras cuenta que te usaban en el lecho para enfermar a tus hijos con enfermedad tan fuerte
extrayéndote del seno lo que era su alimento Conque los amamantabas, conque les das el sustento.

Enfermaron a tus hijos con enfermedad de muerte porque tan solo deseaba, aquel falso protector,
Extraerte de las venas, la sangre, para vencerte. Y así conducir tus hijos a una esclavitud perenne
a una esclavitud más triste, a una esclavitud peor, Porque la están aceptando, aún estando despiertos.
Y se han ido adormeciendo, las conciencias, sin darse cuenta... Envenenaron tus hijos con oropel, con placeres y tus hijos predilectos te vendieron lentamente olvidando a sus hermanos que sufrían calladamente para que Tu no enfermaras... pero ya estabas enferma, Estabas debilitándote en ese lecho de muerte.
Estando ya moribunda te violó un delincuente Transgredió todas las normas, infringió todas las leyes, violentó tu paz, mancilló tu honor, vulneró tu mente, dividiendo a tus hijos uniéndose a delincuentes, malhechores, forajidos, bandidos y bandoleros, criminales y corruptos, asaltando a tus valientes y golpeando a tus mujeres.
Para completar el drama vivido por los momentos. Los de más bajos instintos dominaron los poderes. Titiriteros extraños manejaron malnacidos, comprando para el teatro a los de menor talento para engañar a tus hijos con, artefactos y objetos para creer que eso es patria cuando ya la están perdiendo. Extranjeros invasores se adueñaron de tu suelo, de tu mente, de tu cuerpo queriendo cambiar tu suerte.
Pero hoy, ¡Estos!, ¡Tus Hijos que te honran! ¡Que te quieren! que aprendieron la lección y que aún están despiertos, luchamos por arrancar de tu lecho el vil desprecio que te expone a ser violada por no saber defenderte.
¡Te defenderemos Patria! ¡Lucharemos arduamente!
¡Para evitar que te mueras! ¡Para que más no te enfermes! Para que te fortalezcas con nuestra sangre, nuestro cuerpo y nuestras mentes Con nuestro trabajo al día, Nuestro deber, nuestras propias leyes; Nuevas normas de conducta que te inyecten prontamente la sangre que no perdiste y que nos hizo valientes para resolver problemas y actuar responsablemente para defender tus leyes, para defender tu suelo, Para defender tus hijos, para defender tu suelo.

Uniremos nuestras voces para gritar fuertemente porque siempre Nuestro Himno, el Himno del Bravo Pueblo conque Tu nos arrullaste, se haga sentir desde lejos y uniremos nuestros brazos luchando enérgicamente para que nadie se acerque a despojarte en el lecho de tus hijos, de tu suelo, de tu amor, de tus riquezas porque confiaste en el hombre que te escarneció vilmente y te dejó agonizante... enferma... vieja...

¡Levanta tu mano firme! ¡Empuña Nuestra Bandera!
Pues tus Hijos te responden y como Tú, ¡Tanto desean! No volver a permitir que venga nadie de afuera a fomentar las peleas entre todos los hermanos Regados por nuestro Pueblo.

¡No existirán más partidos que dividan nuestro suelo! Nuestra partida es la unión de tus hijos, de tu gente
Nuestra partida es la lucha, no por ver quien es más fuerte Ni quien es el más inepto. Nuestra partida es la Idea: La Idea de defender nuestro suelo, nuestra tierra Y Nuestra Idea es el Pueblo, compuesto de hombres valientes con libertad en la mente, unidos por hombres firmes y por todas las mujeres, niños, jóvenes, ancianos, Que bajo este mismo cielo, tenemos un fin común, Patria Mía: !Defenderte!

No vamos a permitir que ningún divisionista
utilice a Nuestra Patria como a una mujer cualquiera, Pues, por habernos parido, Digna Patria, Venezuela; ¡Somos nosotros! ¡Tus Hijos! Los que te haremos eterna.
¡No morirás, Patria Mía! ¡No dejaré que eso sea!
¡No permitiré que nadie desde adentro, o desde afuera, Haga morir a mi Madre ¡A Mi Madre Venezuela!